Capítulo 16

691 68 3
                                    

Buscar entre la multitud a Nam Joon fue difícil porque nadie te dejaba pasar a donde quiera que fueras a dirigirte. La gente saltaba de alegría, los árbitros festejaban con sus puros en manos al hacer un buen trabajo hoy y los jugadores de se rindieron ante tantos sentimientos encontrados al final del juego. No encontré a Naye por ningún lado que miraba, tampoco a Rober o Benjamín. En cambio Nam Joon, en cuanto logré ver a un rubio golpear a alguien, ya lo había encontrado en media pelea.

— ¡No la conoces maldito hijo de perra!. —Bramó y lo golpeó de nuevo— ¡Ni siquiera tienes el derecho de llamarla por su nombre ni de verla!. ¡No eres nadie, Min Yoon Gi!. ¡Nadie!.

— ¿Y tú que eres para ella?. —Nam Joon frunció la frente y Yoon Gi soltó una carcajada— No sabes ni siquiera lo que significas para... —Y Nam Joon lo calló de otro golpe. Mostrándose ofendido, enojado y hasta harto de la misma mierda.

Mis ojos estaban bien abiertos, mi respiración agitada y mis manos no paraban de temblar del miedo. Mi cabeza solo me decía que debía hacer algo, ¿Pero qué?. Sé que soy ágil en un deporte, pero no como irme enzima de dos enormes salvajes. Sería la cría en medio de dos leonas peleando por comida. Y ninguno, de las personas que rodeaban a los chicos, tenía la intención de separarlos. Grité, lo más fuerte que mi garganta me daba, que pararán. Pero ninguno de los me puso la más mínima atención. Estaban sordos y ciegos, y les importó mierda darse golpes como gorilas. Agarré mi cabeza como una psicópata, tratando de pensar bien mi siguiente jugada. Y cuando lo analice, y lo hice, me gané un codazo en mi sien por parte del más alto.

— Mierda. —Fue lo único que salió de mi boca al notar como todo presente retrocedía para verme.

Masajeé mi sien golpeada, sacudiendo levemente la cabeza. Pero fue mala idea. El mareo se adueñó de mi cerebro y la vista me falló, por lo que cerré con fuerza mis ojos. Puede escuchar al padre de Benjamín llamar a Nam Joon por su apellido, pero él solo se limitaba a llamarme. Alcé mi cabeza e intenté abrir los ojos, pero solo los achiné y vi como Rober aparta al moreno de un sólo puñetazo.

— Se acabó, Kim. —Masculló y gruñí molesta cuando me cargó entre sus brazos.

Lo último que escuché salir de los labios de Nam Joon, antes de desmayarme en los brazos de Rober, fue mi nombre. No sé cuánto tiempo pasé inconsciente, pero al despertar en el hospital me dio a entender que pasé varias horas sin dar señales de vida. Mi cabeza es un lio y no recuerdo nada más que una pelea y yo siendo la estúpida que se mete en donde no me conviene.

— ¡Hye!. —Alzó la cabeza y lo veo abrir la puerta de golpe. Pero antes de dar paso hasta mi persona, Rober apareció de la nada y lo golpeó de nuevo en la cara.

— ¿Qué haces aquí?. —Nam Joon miró la sangre salir de su labio, sin contestarle al mayor. Rober entonces lo tomó del cuello de su camisa— Te he hecho una pregunta, Kim.

— ¡Vine a ver a Hye Min!. ¿Qué esperabas?.

— Hey, chicos...

— ¡¿Cómo se te ocurrió golpearla?!.

— Hey, maricas. No, esperen... —Murmuré, juntando mis cejas forzosamente.

— ¡Fue un accidente!.

— Hey, niños...

— ¿Accidente?. —Rober soltó una carcajada sin gusto y me señaló— ¡Mira como las dejado!. —Nam Joon me observó, relajando su semblante para reemplazarlo por uno triste— No pensaba que algo malo iba a ocurrí al final del partido, ni siquiera me importaba. Pero veo que tus impulsos llevaron a Emily a parar al hospital, Kim. ¡Al puto hospital!. —Gritó y en eso Naye entra a la habitación junto con Benjamín, quién separa a los chicos antes de pase algo peor.

My Rap Monster (ERASER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora