Capítulo 20

706 68 5
                                    

El día en la playa no fue para nada malo. Claro que hubo peleas y alguna que otras malas bromas, pero superamos todo eso con unas cuantas disculpas y un baño bien frio a media noche; cuando llegamos a nuestras respectivas casas esa misma noche. Durante el resto de la última semana de Julio, Nam Joon durmió en mi casa y Naye en la de Benjamín. No me opuse ni me queje, porque todos sabíamos que al final algunos quedaríamos solos.

Naye, el 30 de Julio a las 5:35 p.m., la acompañamos hasta el aeropuerto de Filadelfia. Ella lloró y me confesó que había quemado todas mis muñecas cuando me fui de Ilsan por pura rabieta de haberla dejado sola en Corea, palabras que no me dolieron para nada porque al final odiaba todas mis muñecas y al final amaba a mi hermana. La perdoné y lloré en cuanto me dijo que ahora me entendía mejor que cuando mamá lo hacía. Y así estuvimos confesándonos bastantes cosas hasta que el vuelo con destino directo a Corea fuera llamado.

Nam Joon fue el primero en abrazarla y prometerle que volveríamos a estar todos juntos de nuevo. Luego Rober, quien solo le deseó buena suerte para sus exámenes de admisión en la universidad. Dejando al final Benjamín quien, a pesar de haberla tan solo conocido medio mes, dejó que la tristeza lo golpeara y besara a Naye de esa forma intensa que pasan tan solo en películas tristes y románticas. Y como fue obvio, por casi lo mato en medio de todo el terminal si no fuese por Nam Joon, quien me tomó de la cintura y obligo a retroceder para que los tortolos se despidieran como debían.

—Buenos días, baby.

—Buenos días. —Murmuré mientras Nam Joon dejaba un beso húmedo en mi frente.

Ha pasado ya casi cuatro meses desde que Naye se marchó y cuatro meses desde que Nam Joon ahora vive conmigo. La Sra. Kim, después de todo, se lo tomó para bien. Porque cuando me vio cruzar la puerta de su casa, tomada de la mano de su único hijo varón, se rompió a llorar entre mis brazos diciéndome lo cuanto había rezado para volver a verme en una sola pieza y junto con su hijo después de seis años llenos de dolor y soledad. El corazón, en ese día, se me encogió y lloré de alegría al saber que aun tenía esperanzas en volver a reunir a ambas familias de nuevo. Porque ese era la misión, unir ambas familias en Filadelfia para tener una mejor vida de la que ya teníamos.

— Más vale que comas todo de tu plato o hare el papel de padre. —Me amenazó, señalándome con la espátula. Rodé los ojos y me levanté de la mesa dispuesta a irme— No te atrevas.

— ¿O qué?.

De todo esto y lo otro, algo que odio de Kim Nam Joon es su insistencia por verme más rellenita de lo que ya estoy. Durante estos cuatro meses, en lo único que piensa ese hombre es en eso y en nada más. Apenas me deja respirar y Rober y Benjamín han comenzado a cabrearse con él por no dejarme hablar con ellos cuando quieren.

— ¡Ya deja de correr y ven a desayunar conmigo!. —Gritó, golpeando la puerta del baño tantas veces que terminó haciendo un hoyo en la madera. Él me miró por el hueco y yo ni sentí cuando dejé caer mi cepillo de dientes al suelo.

El resto de la mañana, mientras discutía con Nam Joon sobre lo feo que quedó la puerta del baño con una hoja de papel pegada, la pasamos en la Universidad. Asistiendo a los exámenes y atendiendo a nuestros amigos hasta tal punto de decir basta para reunirnos y tener, por fin, nuestra primera cita después de cuatro malditos meses sin pensar en nosotros y en nuestras necesidades. Nam Joon no me explicó muy bien a donde iríamos, pero supuse que sería un lugar tranquilo y cómodo para chicos de nuestra edad. Así que no dudé en ponerme una algo lindo y cómodo para la ocasión.

Cuando terminé de maquillarme y ponerme uno que otro accesorio, guardé en mi pequeño bolso las cosas más importantes y las que necesitaría por si alguna urgencia pasaba. Y cando salí de casa Nam Joon, en cuanto se giró sobre sus talones para verme, me observó de cabeza a pie. Sentí mis mejillas arder y agradecí que existirá el rubor para momentos como estos.

My Rap Monster (ERASER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora