Capítulo 19

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Quedarme dormida hasta las 11:45 a.m. y no encontrar a Nam Joon en la cama, me molesta un poco. ¿No se suponía que iba amanecer conmigo en la cama así esté yo roncando hasta tarde?. Kim Nam Joon es un mentiroso, pero lo perdono porque no había dormido tan bien en días. Y todo por su culpa, por causar escandaloso y melancólico también. Sonreí, suspiré y me estiré como normal hago para luego ir al baño a hacer mis cosas personales e ir hasta la cocina para desayunar algo agradable para mi pequeño estómago. Pero antes de entrar a la cocina, me detengo a ver a Benjamín viendo la TV y a Naye durmiendo sobre sus piernas. Escena que me provocó tomar un puñado de cabello del castaño y torcer su cabeza hacia un lado para que me mirara y viera perfectamente mi expresión molesta.

— ¿A qué hora llegaron?.

— Buenos días, Emmy.

— ¿A qué hora llegaron?. —Repetí la pregunta y él rodó los ojos.

— A las siete. Pensamos que ya estarían listos para irnos, pero tú aún roncabas y Joon nos rogó que no te despertáramos.

— ¿En serio?.

— Buenos días, Emmy. —Volvió a repetir su saludo y rodé, ahora yo, los ojos. Él se rió entre dientes.

—De esta no te salvas, Ben. —Señalé a mi hermana, quien estaba profundamente dormida sobre sus piernas. Benjamín dibujó una sonrisa y se encogió de hombros.

— Joon está en la cocina, con él desquítate. —Dijo, señalando la habitación. Miré mal al mayor y dejé su cabello en paz para entrar al cuarto, donde el olor a huevos revueltos, tocino y queso, me invitó a olvidar mis celos y enfocarme en aquella persona quien cocinaba tal delicia de desayuno.

Nam Joon estaba de costado ante mi vista, sin camisa y con los ojos bien puesto en el sartén. Analizando el fuego, el contenido del sartén y la firmé postura en la que estaba. Sonreí divertida, porque recordé un momento en donde él intentó hervir un huevo; en un día en el cual tenía mis antojos exagerados. Recuerdo que tardó tanto en esperar que el huevo esté listo, que al final me lo dio todo destrozado y sin su gusto salado. Creo que ese día lloré, vomité y le grité que cuando se pone un huevo a hervir no se lo parte antes de echarlo al agua. Él se resintió tanto y se disculpó tantas veces que fue a comprarme chocolates a la tienda más cercana para que dejara de llorar y de quejarme del mal error que cometió, y así lo hice.

— ¿Qué haces?.

— Tú desayuno.

Era una niña muy feliz a su lado. Todo lo que hacía mal para mi estaba bien. Pero cuando las cosas se pasaban de sus límites, mi punto de vista era otro. A veces ni lo perdonaba y abusaba de sus suplicas por algo de comida. Actos míos que hasta el día de hoy aun no me los perdono por ser una persona mala en el pasado. Suspiré cansada y me acerqué para abrazarlo por la espalda. Nam Joon se sobresaltó y volteó a verme casi con cara de pánico y sabia porque esa expresión.

— ¿Me quieres matar?. —Él negó frenéticamente y volvió la mirada al sartén.

— Esta vez lo estoy haciendo bien. Lo sé... —Noté como arrugó su frente y por esta resbalaba pequeñas gotas de sudor— ¿Como dormiste?.

— Mal. —Mentí y él erguió una ceja. Yo sonreí sobre la piel de su tonificado brazo— Tu peso será un problema que tenemos que solucionar después.

— ¿Me estas llamando gordo?.

— Quizás. —Ambos reímos y me paré de puntillas para darle un beso en la mejilla— Por cierto, huele a quemado.

— 똥.

No hacia sol como para negros y eso era una buena noticia para mi adorada piel. Pero a las horas, en las que llegamos a la playa y nos instalamos en un lugar, el sol estuvo en mi contra y le exigí a Nam Joon que me colocara más protección solar si no quería que viera a Rober ponérmelo. Al final se aceptó a regañadientes y le pegué en la cabeza por bocón. Y si, volviendo a lo de Rober. Él nos acompañó por su propio aburrimiento. Faltando a la Universidad para venir con nosotros a pasar el día. Idiota vagabundo. Pensé y, cuando Nam Joon terminó de ponerme el bloqueador, desapareció de vista junto con Benjamín.

My Rap Monster (ERASER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora