Capítulo dieciséis

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—¿Y qué quieres para tu cumpleaños número siete, mini-leona?

—¡Quiero un robot mecha de quince metros!

—Si yo no puedo tener uno de esos, tú tampoco. —Senku rió entre dientes.

—¡Nunca me das lo que quiero! —Pataleó.

—¿Qué tal tu propio robot asistente? Haré que pueda volar.

—Mmm... está bien. —Cedió—. ¡Pero quiero que sepa hacer helado de chocolate!

—Muy bien, anotado. —Sacó una libreta y anotó su petición.

—¿No quieres otra cosa para tu cumpleaños? —Kohaku tomó en brazos a Tsukiku, peinando amorosamente su flequillo.

—Bueno, otros quinientos gramos de rodio nunca están de más...

—Tú bien eres capaz de dejarme en bancarrota. —Senku se acercó a pellizcar su nariz.

—¿Y no quieres otra cosa? —Insistió Kohaku—. Algo como un nuevo amiguito o amiguita, ya que estás tan contenta con Misaki-chan. ¿No te encantaría tener a alguien más con quien poder jugar?

—¡Sí, sería genial! —Sus ojos azules se iluminaron.

—¡Excelente! —Kohaku intercambió una mirada con Senku—. Porque papá y yo tenemos una gran noticia para darte. —La bajó al suelo y tomó sus manitos entre las suyas.

—¿Cuál? —Ella ladeó la cabeza.

—Dile tú —susurró Senku, poniendo sus manos en los hombros de su esposa.

—Bueno... —Tragó saliva, antes de decidir simplemente soltarlo—. ¡Tendrás un hermanito o hermanita! —Sonrió emocionada.

—¡¿Qué?! —Su pequeña se fue de espaldas.

—¡Tendrás un hermano o hermana! —repitió Senku felizmente—. Y esperamos que estés muy feliz por ello —agregó, sonriendo entre dientes—. If you want your robot, of course —habló en inglés para que Kohaku no lo entendiera.

Tsukiku infló las mejillas, frunciendo profundamente el ceño, mientras que Kohaku los miró con confusión.

—It better be a good robot —respondió a regañadientes—. Bueno, y hablando de eso... —Para vengarse de su padre, Tsukiku sonrió maliciosamente—. ¿Cómo se hacen los bebés?

Senku y Kohaku se congelaron en sus sitios.

—Tú dile. —Ella huyó tan pronto como Senku parpadeó.

Él maldijo entre dientes.

—Bueno... —Empezó a sudar frío—. Los bebés se hacen a través de un proceso biológico llamado reproducción. —Rascó su oído con el meñique en un intento de relajarse—. En los seres humanos la reproducción se da cuando una célula masculina y una célula femenina se unen. Hay células en nuestro cuerpo específicamente predispuestas para la función reproductora. La célula reproductora masculina llega hacia la célula reproductora femenina y ahí comienza un complicado proceso en el cual se desarrolla una nueva vida. Las células reproductoras ayudan en el desarrollo de la nueva vida, haciéndola crecer hasta cuando sea el momento en el que deba nacer. —Esto era tan incómodo para él que intentó ser lo más escueto posible.

—Ah, te refieres a que nacen por las relaciones sexuales. —Las palabras de su hijita de casi siete año lo hicieron irse de espaldas.

—¡¿Y tú dónde demonios aprendiste eso?!

—Libros de biología, no deberías haberme dado completo acceso a tu biblioteca si no querías que lo supiera. —Rió divertida—. Aunque no entiendo qué tiene de raro, ¿es solo para hacer bebés, no?

Ni lo sueñesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora