♡ Flufftober ♡ [ HP Fictober 2021 ]

Coffee shop

Día 8 [Cafetería]
Draco/Harry

***

Hoy es la oportunidad perfecta para Harry. Sí o sí, Draco Malfoy tiene que aparecer por esa puerta, hacer la fila correspondiente y pedir su macchiato para después sentarse a la mesa del rincón, donde el periódico le espera para ser leído. Sí o sí, hoy será un poco diferente porque Harry lo planea así.

Hoy se acercará y le saludará.

Pero resulta que la suerte no le acompaña, pues Draco entra más temprano que de costumbre, y el turno de Harry aún no termina como para poder tener el tiempo disponible para llevar a cabo su plan. Hoy es él quien toma los pedidos y sólo falta una persona para que Draco sea el siguiente en la fila. Harry no está preparado para ello.

—Buenos días —saluda el rubio cuando es su turno de pedir—. Hoy tomaré el macchiato de siempre más dos panecillos de avena, por favor —Draco no le mira mientras habla. Su atención está en la billetera, donde rebusca algunos billetes para cancelar el pedido—. Estaré en la mesa de siempre, gracias.

Cuando al fin levanta la mirada, las mejillas pálidas de Draco toman un leve color rosa al ver a alguien diferente en la caja. Ese mismo chico guapo con el que se ha cruzado en ocasiones anteriores al entrar en el café.

—Oh... —Draco sonríe— creí que estaba hablando con la chica de siempre. ¿Eres nuevo?

Harry seguramente parece un pasmarote, porque Draco tiene que repetir su pregunta, junto con los reclamos de otros clientes en la fila.

—Eh, no. Siempre he trabajado aquí —Harry se rasca la nuca con vergüenza—. En minutos acabaré mi turno.

—Ya veo... —Draco asiente y un silencio incómodo se hace presente hasta que nuevamente un cliente se queja por la tardanza— Será mejor que me atiendas rápido para que puedas continuar con los demás. —Draco sugiere.

— ¡Oh sí, claro! —Harry brinca en su sitio, siendo sacado de su ensoñación, y registra el pedido de Draco con dedos temblorosos y la moral por el suelo. Hasta hace un momento había creído que podría invitar al chico a su macchiato con toda confianza, iniciar una conversación y tal vez invitarlo a salir, pero no todo termina como siempre quiere.

Draco realiza el pago y con un agradecimiento, se retira a su mesa para leer el periódico y esperar su pedido. Mientras atiende a los demás, Harry le observa de reojo, admirando su postura confiada y elegante, y el cómo la luz del día, reflejada por la ventana, hace que su cabello brille más de lo normal.

Cuando por fin la fila llega a su final, y es hora de cambiar turnos, Harry suelta el aire con alivio, y decidiendo que no tiene nada que perder, se quita el mandil y pasa directamente a la mesa del rincón, donde Draco ya tienen su café y sus panecillos.

—Eh, hola —saluda Harry, llamando la atención de Draco—. Sólo quería presentarme... pues no pudimos hacerlo con propiedad allí en la caja —sonríe con timidez y extiende su mano—. Soy Harry, mucho gusto.

Decir que Draco está asombrado es poco. Momentos antes, en el incómodo intercambio que tuvieron en la fila, Draco estuvo seguro de que había tenido algo en el rostro, o algo por el estilo, como para que el moreno le mirara así. Y Draco, como no, con el orgullo herido por ser observado de esa manera por un chico tan guapo, había tenido que apresurar las cosas para poder ir a su mesa y rumiar su propia vergüenza en soledad. Pero resulta que llegando allí y sacando su móvil para comprobar su estado, Draco seguía como siempre, atractivo e impoluto, así que no había entendido la reacción del otro.