31 días llenos de amor y fluff
Disclaimer
Los personajes, lugares y hechizos son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la realización y publicación de esta historia.
créditos del dibuj...
— ¡Shh! —Sirius pone un dedo en la risueña boca de su hermanito Regulus— ¡Nos pueden pillar si sigues riéndote!
— ¡Está bien! No haré más ruido. —promete Regulus, para luego reírse aún más y cubrirse inmediatamente.
—Vamos —Sirius apresura sus pasos, siendo seguido por su hermano—, no tenemos mucho tiempo antes de que se vayan.
El tío Cygnus y la tía Druella están de visita, afortunadamente sin las locas de sus hijas. Ni Sirius ni Regulus las soportan; son las niñas más mimadas y quejicas que conocen.
— ¿En dónde está la tía Druella? —Regulus pregunta mientras suben al tercer piso, en busca de la habitación donde los elfos domésticos suelen tirar algunas cosas que con el tiempo, serán desechadas definitivamente— ¡Sirius! —Regulus golpea en el hombro a su hermano— ¡Respóndeme!
— ¡No lo sé, no lo sé! —sisea Sirius— Sólo sé que debemos darnos prisa. Dentro de poco notarán nuestra ausencia.
—Está bien. —acepta Regulus, quien por poco y deja caer de sus manos los tacones de la tía Druella.
—Por Merlín y Morgana... —Sirius suspira con exasperación al ver la dificultad de su hermano— Vamos Reg, ¡que son sólo unos zapatos! ¡Yo soy el que está llevando lo más pesado!
—No hagas más escándalo y sigue adelante —Regulus no quiere ser regañado ahora—. Ya veré como me las apaño.
Cuando encuentran la habitación, ambos hermanos se miran y sonríen con la típica "Sonrisa del Diablo" que su tío Phinneas suele llamar. Esa sonrisa digna de unos chicos listos para una nueva travesura, por la cual más canas coronarán la cabeza de la pobre Walburga Black.
Esta travesura en específico, es una de las favoritas de Regulus.
En cada ocasión que el tío Cygnus lleva a la tía Druella, la mujer tiene la costumbre de despojarse de sus abrigos, túnicas y zapatos para sólo quedar en un vestido cómodo y delgado y poder descansar de "tan agitado día". Como las visitas suelen durar una tarde completa, los adultos se entretienen en sus charlas y la tía Druella olvida que ha dejado sus ropas al cuidado de un elfo. Elfo que es engañado por los pequeños Black, quedando con sólo algún alimento en sus manos, en lugar del vestuario encomendado, y con la amenaza de no contarlo a nadie.
Vestuario que pasa a manos de Sirius, quien distribuye la carga entre él y su hermano, para ambos apresurarse y llevarlo a la habitación del tercer piso, donde sólo los elfos pueden entrar y claro, Sirius y Regulus. Los chicos son lo suficientemente inteligentes como para lograrlo.
La tía Druella pierde siempre sus ropas al entrar a Grimmauld Place, y nadie puede adivinar que ha pasado con ella. A pesar de todas las travesuras de Sirius y Regulus Black, nadie adivina tampoco que ellos son los autores del crimen.
Es una tradición que los hermanos han tenido por cerca de dos años. Una que podrá mejorar con el tiempo, quizás también encerrando a Bellatrix, la más insoportable de las hermanas, en esa habitación.
Sirius se relame los labios al pensar en las posibilidades, y es Regulus quien tiene que bajarlo de su nube al abrir la habitación.
— ¡Apresúrate! ¡Debemos estar en dos minutos en nuestra habitación!
— ¡Oh! —Sirius ríe mientras lanza los abrigos al fondo de la habitación, haciendo lo mismo con los tacones, después de recibirlos de manos de su hermano— ¡No me digas que ya te encargas de contabilizar con exactitud el tiempo!
—Alguien tiene que hacer el trabajo sucio, ¿no? —Regulus le da una mala mirada, y la carcajada de Sirius es la que es callada por un dedo en esta ocasión— Recuerda que la vez pasada, por poco y nos atrapan.
El menor por dos años es quien demuestra en la mayoría de ocasiones tener el cerebro más calculador. Sirius puede decir que está orgulloso de su hermano.
—Bueno, pues ya está —Siirus se frota las manos, y cuando quiere cerrar, Regulus le detiene—. ¿Qué pasa?
— ¿Qué es eso negro de ahí? —señala un abrigo mucho más grande que los demás— ¿Ese no es el abrigo del Tío Cygnus?
— ¿Y qué hay con ello?
— ¡¿Pero cómo se te ocurre?! —Regulus por poco y grita— ¡Sólo lo hacemos con la tía!
—Pues hoy he decidido subir el nivel.
—Pero el tío-
—Oh vamos —Sirius debe prácticamente arrastrar de su hermano escaleras abajo, después de cerrar mágicamente la puerta de la habitación—. Luego podrás llorar todo lo que quieras.
— ¡No puedo creer que todo se desaparezca en esta endemoniada casa! —grita la tía Druella desde la sala de té.
Y esa es toda la señal que Sirius y Regulus necesitan para correr aún más rápido y encerrarse en su habitación, sin hacer más ruido del necesario.
—Cuando vuelvan con esas mocosas, podemos esconderlas a ellas también allá —propone Sirius mientras jadea—. ¿Qué dices?
—Sirius...
— ¡Vamos! ¡Será divertido!
Después de pensarlo un momento, Regulus dice:
—Bueno, pero podemos dejar a Andrómeda en paz. —propone. Sirius gruñe y acepta.
«Y también a Narcissa —sugiere el menor—. Ella no está tan loca como Bella.
—No abuses de tu suerte. —Sirius advierte antes de iniciar una guerra de cosquillas y empujones con Regulus.
-fin-
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Aquí podemos imaginarnos a una familia Black completamente normal. Ya saben, yo siempre quiero verle lo positivo a todo en los fanfics, incluso hacer que Tom Riddle se deslice por el pasamanos de una escalera (wink, wink 😏)
En fin, alguien había escrito también sobre un Oneshot para estos hermanitos, así que aquí está. ¡Gracias por leer! Y no escondan a sus molestos primos en habitaciones que nadie usa, please.