breeding

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advertencia: insinuación de mpreg

Hace tiempo Johnny lo había notado, la manera en que Doyoung miraba a otras parejas embarazadas, sus ojitos negros y llenos de constelaciones se iluminaban en cuanto veía el vientre grande de alguien más, como si deseara algo, pero no pudiera decirlo en voz alta. 

Llevaba siendo novios casi cinco años y aunque no estaban casados, Johnny estaba seguro de que estaban bastante bien, aunque tal vez debería considerar hablar con él de adquirir otro tipo de estabilidad que solo podía darse en el matrimonio, cosas como "estamos en este barco juntos hasta que la muerte nos separe", oh, sonaba tan bello en su cabeza. 

—Johnny ¿por qué estás tan distraído? ¿puedes por favor ir a comprar?—Doyoung estaba apoyado en la pared, de brazos cruzados, claramente enojado.

—oh, sí ¿qué quieres que vaya a comprar?—Johnny se levantó de inmediato del sillón, escuchando a Doyoung quejarse mientras anotaba todo en un papel. 

En una pareja siempre estaba el que enviaba a comprar al otro, a Johnny le tocó ser el de los recados, Doyoung odiaba ir a hacer las compras solo, era tímido y se avergonzaba fácilmente cuando tenía que pagar. 

Johnny estaba bastante acostumbrado, a veces lo sacaba de la cama un sábado a la mañana para que fuera a comprarle para el almuerzo, nunca discutieron por ello porque a él le encantaba ir hasta la tienda de conveniencia y de paso comprarse un cafecito, admirando a la gente pasar. 

Metió a la bolsa todo lo que Doyoung le pidió y regresó a su departamento compartido, su novio estaba en la cocina haciendo panqueques, hoy se había levantado con ganas de cocinar, porque estaba esmerándose con el relleno. 

Le abrazó por detrás, deslizando las manos por debajo de la camiseta y el delantal, tocando su vientre blandito, Doyoung rio, avergonzándose de inmediato, le encantaba como su novio era tan vergonzoso, sus orejas y mejillas se ponía rojas, le daban más ganas de molestarlo ¡era tan inocente para llevar cinco años de novios!

—Johnny, déjame, quiero cocinar—Doyoung le pidió, pero Johnny continuó besando su cuello mientras amasaba su vientre, hasta que su novio se dio la vuelta y le pegó en el hombro—¡te dije que me dejes, estoy cocinando!

—¡ah! ¡no me pegues!—se burló, robándole un beso—está bien, iré a llorar al sillón—le sacó la lengua, intentando escapar, pero Doyoung lo agarro del brazo. 

—sí, claro, ponte a rellenar o no comes. 

—ah, por qué estás tan malo hoy, déjame descansar—Johnny hizo una mueca, yendo a lavarse las manos para empezar a rellenar los panqueques. 

Doyoung le miró y sus ojos se encontraron, entonces ambos sonrieron, le gustaba esta magia, verse y sonreír, su vida se llenaba de alegría cada vez que lo veía y sabía que era mutuo. 

Como era sábado, tenían todo el día libre, a veces salían, pero hoy ninguno de los dos tenía muchas ganas, ambos eran profesores, Doyoung de nivel primario y Johnny de nivel universitario, él había estado en semana de exámenes para las tres comisiones que tenía, mientras que Doyoung siempre estaba agotado luego de sus clases, los niños eran agotadores todos los días. 

Luego de comer, Johnny se fue a el cuarto que tenían para corregir y hacer actividades para sus clases, constaba de dos escritorios y cada uno tenía sus propios estantes, todo prolijamente ordenado. 

Doyoung no tenía mucho que hacer hoy, así que se sentó a su lado a leer un libro mientras Johnny corregía exámenes—a veces no sé qué hacer con estas respuestas tan ambiguas—murmuró, poniéndole un 0,50 a una respuesta. 

KINKTOBER JOHNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora