love letter

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—¡siempre cometes algún error! ¡todo el tiempo siempre hay algo mal!—le gritó su jefe delante de todos sus compañeros. 

Johnny sentía todo el peso del día en su cuerpo, el pecho se le oprimía y los ojos le dolían, cada vez que alguien le gritaba o le decía que hacía algo mal, no podía evitar rechazarse un poco a sí mismo, volviéndose una situación insoportable y autodestructiva—lo corregiré—aseguró, utilizando su habitual tono sereno y serio. 

—tsk, eres tan molesto ¡a trabajar!—lo último lo gritó para todos los empleados, así, el jefe se fue después de hacerle pasar vergüenza delante de todos. 

Johnny odiaba estos días, era el punto de maltrato favorito del jefe, por algún motivo lo detestaba y trataba de hacerle la vida imposible, y cada vez que estas cosas pasaban no podía evitar ponerse los auriculares y escuchar If It Is You, sintiéndose como la Hae young fracasada, sin ofenderla. 

Regresó a su escritorio y abrió el documento que supuestamente tenía algún error, no encontró ninguno, por más que lo leyó cientos de veces, no encontró nada, así que asumió que el jefe ni siquiera había leído el archivo, cuando lo volvió a enviar y recibió un mail suyo que decía "ahora está mejor", quiso tirar el teclado por la ventana, pero solo tomó una bocanada de aire y cerró los ojos, sintiéndose miserable. 

Estaba cansado. 

Decidió ir a prepararse un café a la cocina mientras observaba a través de los grandes ventanales como la movida ciudad continuaba con su rutina, no le gustaban los cafés de sobre, pero la cafetera se había roto hace meses y el jefe no consideró cambiarla. 

Cerró sus ojos por un momento, intentando recomponer su ánimo. 

De niño siempre le habían dicho que había nacido con una gran fortuna, creció creyendo que era cierto, pero últimamente solo sentía que todo iba de mal a peor. 

Estaba agotado de la oficina, y pensó que sería así hasta que finalmente encontrará otro trabajo, ya no importaba si la paga no era mejor, simplemente quería irse. 

Excepto que algo ocurrió dos días después de aquel catastrófico suceso, Johnny llegó a su escritorio y encontró una carta sobre sus fotocopias, era un sobre rosado sin firma, pero decía "John Suh". 

Miró hacia los costados, claramente curioso e incluso rascó su cabello con incomodidad, no sabía si abrir la carta o no, pero terminó haciéndolo. 

"Sigue el arcoíris en el cielo después de la lluvia, a los grandes días por delante ¿qué estamos esperando? comencemos, cuando las cosas se ponen difíciles ¿a quién le importa si nos rendimos y damos un paso hacia atrás? podemos dar dos pasos hacia adelante mañana."

Johnny sonrió, leyendo nuevamente el destinatario, era para él, no había dudas, pero ¿quién le escribió una carta? decidió hacer lo que hacía siempre, escribió la carta en google y encontró que era la letra de una animada canción, la escuchó por el resto de la mañana mientras trabajaba, no sabía quién era la persona que le enviaba una carta tan dulce, pero lo apreciaba. 

Por los siguientes días estuvo atento a sus compañeros alrededor, quería saber quién pudo haber sido, pero por más que prestara atención a cada detalle, era difícil deducirlo, debería ver la caligrafía de cada uno para averiguarlo. 

Cuando fue a la cocina a prepararse un café, se encontró con Doyoung, el chico de marketing, siempre andaba dando vueltas alrededor, era algo torpe y cada vez que se lo encontraba siempre se le caía algo de las manos. 

En esta ocasión se le cayó el azúcar—oh dios, no—murmuró aterrado, intentando levantar con las manos todo el contenido. 

Johnny hizo una mueca—no creo que sea una buena idea ponerlo de nuevo en la azucarera.

KINKTOBER JOHNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora