𝐒𝐮𝐫𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫. ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ

28. Mi pecado

Lenguaje explícito.

── Nuestro Stiles se nos volvió religioso, ahora solo en la iglesia quiere pasar. ── dice Peter con algo de picardía

── ¿Cuál es el problema? Yo puedo ir y venir donde yo quiera y nadie le importa. ─ respondió

Los chicos incluido al padre quedan sorprendidos, Stiles suele ser tranquilo y no es de andar hablándole mal a nadie.

Peter mira a su novio Noah y con la mirada le pregunta que le pasa pero él solo se encoge de hombros.

── Deberían dejar de molestarlo, Stiles debe sentir mucha culpa por lo que pasó con el nogitsune y si él se siente bien en yendo a la iglesia usted deberían respetar su decisión. ── intervino Chris

Todos están de acuerdo con lo dicho por el cazador, puede que Stiles siga culpándose por todas esas muertes que causó siendo el nogitsune.

Nadie volvió a decir nada y cada quien se fue para sus casas, los únicos que ahora quedaban eran Noah Peter y Malia que ahora vive con ellos.

°°°

En la iglesia.

── Padre, quiero confesar mis pecados. ── dice con una sonrisa en sus labios

── Que alegría verte de nuevo,  Stiles. Temí que no vinieses, me alegro de que hayas decidido venir. Ven, pasa, pasa, ── le dice el cura agarrándole la mano.

Una vez dentro luego de cerrar la puerta el cura posó la mano en su espalda, luego la fue bajando hasta llegar a sus glúteos, igual como lo hizo la primera vez que había ido.

── Estás muy guapo y hueles muy bien, te has duchado por lo que veo. ── decía el cura mientras lo iba tocando sin descaro alguno

Pov's Stiles

El cura cogió mí barbilla y mirándome a los ojos fue cortando la distancia hasta llevar su boca a la mía, paso su lengua por mis labios.

── No estés triste pequeño, ya verás cómo pronto olvidas a esa chica pelirroja, ya me encargaré yo de que no sufras por su ausencia. ── me decía mientras lamía mis labios, para seguido empezar a morderme el labio inferior y, llevar mis manos a su entrepierna.

Lydia me había sido infiel una vez más con Jordan, ahora era mi turno de hacerle pagar su traición y que más darle donde más le duele.

Con lo orgullosa que es estoy seguro que se volverá loca.
   
──Anda, cógela y juega un poquito. –tomó mi mano y la posó en su entrepierna–  Mira cómo me tienes. ── me decía el curita.

Se quitó la sotana dejándola caer al piso, él sabía que vendría pues no lleva nada debajo de la sotana. Cogí su polla con mi mano, él se aferra a mi boca, sus besos me llevan a las estrellas.

── Te voy hacer disfrutar. ── susurró en mis labios

── Perdóname padre por hacerte caer en la tentación.

── Tranquilo hijo mío, el infierno es demasiado grande y estoy seguro que nos volveremos a encontrar en la otra vida. ── dicho esto me beso y me acostó en su cama

── Entonces en la otra vida será padre.

El sonríe y asiente sin ningún remordimiento, soy el niño que lo hizo caer en la tentación.

Tiró la camisa al suelo y llevando sus manos a mis pezones empezó acariciarlos y apretarlos. Luego llevó su boca a mis pezones y me los mordisqueaba suavemente.

Gemi su nombre un par de veces, su cuerpo quema, es como las llamas de infierno que me hacen amarlas más.

Mi pantalón también cayó al suelo junto a mi ropa interior, ahora estamos piel con él.

── Te amo mi niño.

── También te amo, padre Gabriel.

Sus ojos no dejaban de mirarme con amor y pasión.

No importa que, pero yo por él iría hasta el mismísimo infierno.

Por él yo daría mi vida.