(T/n) 2

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[Nota: lo que esté en cursiva son pensamientos.

Advertencia: autolesiones leves (las mismas rascadas que se hizo en el capítulo 49 de Gamers, para que os ubiquéis)]

Ha pasado ya al rededor de una semana desde que estamos aquí en España. No sabría si calificarla como buena o mala, la verdad. Vamos por partes.

Por un lado me lo he pasado decentemente bien. Suelo pasarme por casa de los abuelos a comer y luego jugamos a algún juego de mesa. Juego también con mi hermano a distintos videojuegos y a veces nuestro primo o nuestro padre se nos une. Estando yo sola pues juego y me veo algún stream o algo por el estilo. Así que por ese lado no está mal.

Por otra parte hay que decir que emocionalmente sigo sin estar bien (y dudo llegar a estarlo en breve). Si bien es cierto que sé que tanto mi padre como mis abuelos hacen todo lo posible para que mi madre me deje volver (que ya soy mayor de edad, debería dejarme hacer lo que me saliera), no cambia el hecho de que esté justo donde no quiero. Echo muchísimo de menos a Kenma, el ambiente general de Tokyo, a mis amigues... Todo aquello que me hacía realmente feliz ahora está lejos. Tenía tantas cosas planeadas, tanto por hacer, que el temor a no poder cumplir ninguna se hace cada vez mayor. Tiendo a llorar por las noches o en cuanto me quedo sola durante bastante rato precisamente por ello, por miedo a no volver. Poco a poco la ansiedad va viniendo a mí y tengo miedo de no ser capaz de controlarla.

Pero sobre todo le echo de menos a él.

Si simplemente pudiera darle un abrazo, un beso, susurrarle un te amo al oído...

Si tan solo él pudiera envolverme con los brazos mientras me da suaves caricias y me susurra palabras de aliento, haciéndome saber cuanto me ama...

Si pudiéramos besarnos suavemente para transmitir todo aquello que no somos capaces de expresar...

Si estuviéramos juntos todo sería más fácil...

Pero no lo estamos.

Claro que nos llamamos cada día. Claro que jugamos juntos en videollamada. Claro que pasamos rato juntos, pero no es lo mismo. Yo quiero sentirle de verdad, asegurarme de que está bien y estarlo yo también.

Pero ahora mismo eso es imposible, así que solo nos queda esperar.

Por suerte o por desgracia mi primo es completamente consciente de todo lo que siento así que se le ha ocurrido que podemos salir a comer y luego pasamos la tarde en el centro comercial. Por lo visto le apetece presentarme a esa persona que ha hecho que sea menos capullo, lo cual me parece tremendamente bien.

Dado que hemos quedado en menos de una hora me ducho y arreglo. Mi outfit consiste en una camiseta de manga corta gris oscuro con las palabras "Game Over" escritas en blanco y unos pantalones normales negros, además de las Converse altas negras. Nada fuera de lo normal, vaya.

Con la ropa en la mano me dirijo al baño. Me desvisto y me ducho tranquilamente. Al salir me seco el cuerpo y me pongo crema, aunque hay algo que falla.

-¿Y yo con esto qué hago?- me pregunto a mí misma mientras me miro en el espejo e intento peinarme. No me apetece hacerme más la trenza de siempre, así que toca pensar en algo-. Como no te lo cortes...- murmuro-. Bueno mira, mala suerte- doy gracias a que mi abuela es peluquera y me ha explicado un montón de veces cómo hay que cortar el pelo ya que cada vez que me lo hacía me explicaba lo que hacía. Es por ello que simplemente tomo las tijeras y lo corto por donde me parece. Termina por ser justo por los hombros. Al estar satisfecha lo recojo todo y me seco y peino. Cuando ya estoy lista le paso una foto a Kenma y tomo mis cosas para poder salir de casa, que ya es casi hora.

Respawning... [Kenma x reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora