Prólogo.

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El cielo tiene distintos colores: azul, amarillo e incluso verde, aunque no se dice lo mismo de la noche, ella solo es oscura. Con su Luna roja que llama a los carnívoros a saciar sus deseos más profundos, a qué el momento "sagrado" sea inolvidable...
Ella, nació en la noche más oscura, con la luna más roja que se haya visto en la vida de los carnívoros y herbívoros.

—¿Sabes algo? Los malditos híbridos me dan asco, son criaturas horribles que nunca deberían de existir...— Dijo aquella cabra de pelaje gris, mirando con odio el espejo detrás de su acompañante, que la reflejaba a la perfección.

—No, no, entiendo porque dices eso __________— tartamudeo el lobo gris, agachando la cabeza, recordando quien era en verdad.— Tanto ellos, como tú y como yo merecen vivir; y ellos nacieron de un amor incondicional, son el reflejo de un amor verdadero y...

—No lo entiendes Legoshi, los odio porque no pertenecen a los herbívoros, ni mucho menos a los carnívoros. Es algo que siempre será así, y los aborrezco. Y puede que tengas razón, nacieron de un amor único, al que se le entrega todo, ¿Pero crees que por ello, todos nosotros merecemos ser odiados y repudiados?

—¡Ahora lo veo! Es algo que nunca entenderás ________, esos híbridos de los que hablas, siempre se esconden de personas como tú, que solo saben odiar a otros.— empezó a subir su tono poco a poco.—¡Ellos deberían de gozar de los mismos derechos que tenemos todos! Y si te hace feliz escucharlo, yo...

La joven chica empezó a reír tímidamente, cubrió su boca, cambiando por completo el ambiente de uno tenso, a uno tranquilo y apacible.

—Ya lo sé Legoshi, se cómo eres y lo que eres; tan admirable y humilde— su tono de voz fue tranquilo, uno que decía a lo bajo: se tu secreto, pero no diré nada.— Eres una criatura que jamás había visto en mi vida, si eso te halaga; porque como sabrás tu eres mi primer y único depredador, y yo tu presa.— El corazón de ambos retumbó en el pequeño pasillo oscuro en el que estaban, admirando de cerca las estrellas.

Escucharon el sonido de la puerta abrirse y después algunos reflectores encenderse, unas voces empezaron a susurrar. 

—Lamento si te cause una rabieta— Empezó a susurrar, se acercó a él, aún observando su reflejo en la oscuridad.— Pero prefiero no hablar sobre esto.

Luna roja [BEASTARS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora