(((Me siento superfeliz de su compañía durante este hermoso viaje... pero como toda historia tiene su principio y su fin... y hemos llegado a su fin..
Gracias por su tiempo... )))
Sergio volvió a la fiesta y solo bebió agua. Él no era su padre. No iba a permitir que una mujer lo destruyera. A la mañana siguiente, lo recogió todo en piloto automático. Le había dicho la verdad. Aquella ruptura iba a ocurrir. No sobreviviría al desastre más
adelante, así que había forzado la situación, mientras aún era capaz de seguir adelante. No se sentía orgulloso de lo que había hecho que, en el fondo era lo mismo que la primera vez, pero entonces dejó que ella cargase con la culpa.
Al menos ahora los dos sabían que la culpa era de él.
En lugar de volver directamente a Nueva York, se detuvo en Charleston para ver a su padre.
–¿Cómo es que se ha terminado cuando acababa de empezar? –preguntó su padre–. Creía que tenía que irse a Grecia esporádicamente, no quedarse allí.
Sergio suspiró. Ojalá su padre hubiera aceptado sin más la explicación. –Supimos enseguida la primera vez que no íbamos a durar. Esta vez tampoco lo hemos conseguido.
Se levantó y se guardó las manos en los bolsillos. Allí estaban los anillos. Iba a estropearlos de tanto frotar el uno contra el otro como hacía, pero volvió a hacerlo. Ya era una costumbre.
–He estado viendo a tu madre, ¿sabes?
–¿Qué?
–Hemos tomado café unos días después de mi fiesta. Había cosas de las que no habíamos hablado. No le había dado la posibilidad de que me explicara las cosas desde su punto de vista, tan ocupado como estaba insultándola. Siento que haya distorsionado tu imagen de las mujeres con las cosas que dije entonces.
–Papá...
–¿Sabías que ya bebía antes de que ella me engañase? No quería decírtelo, pero suponía que te lo habrías imaginado. No tanto como después, pero ya sentía la presión del trabajo, de aquellos comités que me insistían tanto en que me presentase a las elecciones estatales. No me acostaba con otras, pero me pasaba más tiempo con la botella y con otras personas que con tu madre.
No estuve a su lado como debería, ni antes ni después.
–No estoy aquí para juzgar, papá. Nunca he sentido que mamá me necesitase de verdad, no como tú. Por eso estoy más unido a ti. No necesitamos terapia de familia.
Se frotó debajo de la nuca. Quizás estaba mintiendo. Era posible que hubiera ido buscando compasión.
–¿Te ha engañado Raquel?
–Ni de lejos –confesó, avergonzado de haberle preguntado por otro hombre–. Somos diferentes. Eso es todo.
–Bien.
–¿Bien? Quiero algo con lo que poder contar, papá. Alguien que sea predecible, y no...
Extravagante, dulce y sensible. Tan sensual y cautivadora que se había olvidado hasta de sí mismo.
–Entonces, búscate un perro. ¿Qué clase de garantía quieres, Sergio?
¿Sabes lo que dijo Andres la última vez que estuvo aquí? Que se alegraba de que su madre hubiera podido estar esos años conmigo. Teníamos planes,
¿sabes? Íbamos a viajar. Yo contaba con eso, y no pudo ser. No me divorcié de ella porque enfermase y cancelara nuestro futuro. No puedes contar con nada, y menos aún con el tiempo. Si no quieres a Raquel, bien. Pasa página.
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Reconciliación Temporal
FanfictionUna Adaptación Serquel Era solo un acuerdo conveniente... hasta que él se dio cuenta de que la quería para siempre. Habían contraído matrimonio en secreto, y los dos habían terminado con el corazón destrozado. Sergio no quería volver a verla jamás...