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Las manos temblorosas de aquella chica alta contorneaban los labios de esa mujer que la hacía suspirar, colocaba el labial con sumo cuidado. Se sentía nerviosa al estar rodeada de tantos ojos viéndola y cuidando qué no hiciera nada mal.

Ambas sentadas en sus pupitres, siendo observadas por JeongYeon, Irene, Seulgi, Kai y Moonbyul, las personas que atormentaban toda la existencia de la pobre chica tailandesa.

Lisa juntó sus labios para indicarle a Jennie qué esparciera el labial por sus labios.

- Haz "pa pa" - Dijo Lisa.

Jennie obedeció con una sonrisa e hizo lo que Lisa le pidió pero eso no sería lo único que haría, ya qué siempre tenía que parecer ruda y más si sus amigas estaban con ella.

- ¡Idiota! - Gritó Jennie, dándole un golpe en la frente a Lisa qué la hizo caer - ¡Te saliste de la línea! - Exclamó molesta viéndose en el pequeño espejo qué tenía en sus manos.

- No sé porque sigues queriendo qué esta idiota te maquille, no vez lo asquerosa qué se ve, no podría jamás hacerte ver más hermosa de lo que ya eres - Kai tomó de las mejillas a Jennie, dándole un beso torpe qué como siempre le desagrado mucho.

Lisa bajó la cabeza, conteniendo sus lágrimas aún en el suelo.

- ¡Largate a tu clase ahora rara! - Gritó Kai tomando a Lisa del cuello de su camisa y empujándola lejos.

El corazón de Jennie se achicó, ver a Lisa tan indefensa y siendo brutalmente molestada le enojaba mucho pero... Ella no quería perder el respeto que se había ganado en la escuela por ser la chica ruda.

                   ~×~×~×~

- No sé porque la idiota de Jennie y sus amigos no te dejan en paz, que se metan en sus asuntos - Escupió con odio Rosé mientras comía violentamente una papa frita.

Lisa estaba almorzando con la cabeza baja, escuchando lo mucho que sus amigas odiaban a la persona que ella amaba.

¿Y quien no?, Lisa era una chica dulce, inocente, tímida y llena de alegría pero ese brillo siempre se apagaba cuando Jennie o cualquiera de sus retrasados amigos la molestaban y la humillaba frente a todos en la escuela.

Lisa recordaba todas esas veces que Jennie cepilló su cabello cuando eran niñas, todas esas veces que Jennie la invitaba a su casa y se quedaban leyendo revistas toda la noche pero todo cambio cuando la adolescencia llegó.

El cuerpo de Jennie se desarrolló a su beneficio, haciéndola más hermosa, curvilínea y llena de atributos, mientras qué Lisa se volvió más alta pero sus pechos y trasero se quedaron iguales.

Los chicos prácticamente se le embarraban a Jennie para invitarla a salir pero nunca aceptó, ella disfrutaba de la atención que le daban, Jugando con los chicos e incluso algunas chicas.

También comenzó a juntarse con las personas equivocadas, olvidándose por completo de Lisa, la chica que siempre estuvo para ella, que la escuchaba y reconfortaba, la misma que limpiaba sus lágrimas e incluso caminaba por las calles de madrugada cuando la llamaba diciéndole qué sus padres estaban peleando y se sentía mal al escucharlos, la misma que se quedaba a dormir en su cama abrazándola cuando sus padres gritaban diciéndole qué todo estaría bien.

Lisa amaba a Jennie, se sentía tan bien cuando estaba con ella pero a la vez se sentía fatal, Jennie no hacia más que lastimarla constantemente, primero fue Kai y después de eso nada paró, Jennie la ofendía delante de todos, diciéndole "rara", "fenómeno" y más sobrenombres, pero cuando estaba solas todo era distinto, Jennie era cariñosa y amable como cuando eran una niñas.

Seguía dándole besos en la boca a Lisa diciéndole qué la amaba y que era la cosa más preciada en el mundo para ella. Y Lisa siempre estaba ahí, porque la amaba.

Lisa salió de sus pensamientos cuando escuchó la campana, sin darse cuenta, ya habían acabado las clases, ni siquiera se dio cuenta cuando salió de la cafetería.

Se emociono al saber que ya era el timbre de salida, así que rápidamente tomó su patineta y se fue sin más de aquel lugar que odiaba. La escuela.

Al paso más rápido que pudo, se montó en su patineta y se dirigió a su casa, tenía que cambiarse rápido para llegar a tiempo a su cita.

Cita....

Era lo único que se repetía en su mente, tendría una cita con ella, con la chica que ama.


𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒔𝒕 𝑭𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora