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Las aves nocturnas se escuchaban a lo lejos, los odios de la tailandesa se deleitaban con estos sonidos qué le transmitirán paz y tranquilidad en su máximo esplendor.

2:30 a.m. y Lisa aún no podía dormir pensando en ese beso, fue tan lindo pero a la vez tan inesperado, sentir la experta lengua de Jennie acariciar y explorar su inexperta y tímida boca la hizo sentirse... ¿Especial?, no lo sabía, pero de lo que estaba segura, es que su corazón seguía latiendo igual o incluso con más intensidad por Jennie.

Su teléfono comenzó a sonar estrepitosamente, aturdida, lo tomó de su mesa de noche y en la pantalla aparecía en nombre de "Jennie Unnie".

Lisa se levantó de golpe de la cama con el corazón a punto de salirse de su pecho, una sonrisa inconsciente salió de sus labios y contestó rápidamente.

- ¿Hola? - 

- Lisa, me alegra oír tu voz -

- Jennie Unnie, ¿estás bien?, tu voz suena extraña -

- Tal vez tomé un poco, pero está bien, porque estoy es escuchando tu voz y con eso me basta -

El corazón de Lisa dio un vuelco.

- ¿Dónde estás?, es peligroso que estés en la calle a estas horas -

- Estoy camino a tu casa, supe que tus padres están de viaje y pensé que podríamos pasar un buen rato solas como cuando eramos niñas, ¿que dices? -

Lisa quiso gritar de alegría pero no lo hizo.

- E-Está bien, te espero, llega con cuidado -

- Conduciré lo más rápido que pueda para llegar contigo en cuestión de minutos -

- ¡¿Qué?!, ¡No!, Jennie, no conduzcas ebria, puede suceder un accidente -

- Estaré bien, por ti siempre estaré bien... Debo irme, te veo en unos minutos Lisa-Yah -

Lisa no siquiera pudo darle otro sermón, ya qué Jennie cortó la llamada.

Lisa estaba preocupada, ¿Y si a Jennie le pasaba algo?.
Seguía sin creer que Jennie estuviera ebria en jueves, mañana sería día de escuela, ¿acaso no lo pensó?.

Transcurrían los minutos y Jennie no llegaba, Lisa estaba nerviosa, tanto que se mordía las uñas, no solo por el miedo de que le haya pasado algo, sino porque después de tanto tiempo, Jennie y ella al fin tendrían una noche como cuando eran niñas. Leyendo revistas, contándose anécdotas, compartiendo gustos y riendo de los malos chistes de Lisa.

Lisa salió de sus pensamientos cuando se escuchó un gran estruendo afuera de su casa. Se levantó de prisa de su cama y se dirigió a la ventana para ver que había sucedido.
Para su sorpresa, un auto había impactado levemente contra un poste. Lisa se percató de que era el auto de Jennie.

A pasos rápidos y torpes, Lisa bajó las escaleras de su casa para llegar a la entrada y encontrarse con el auto de Jennie leven te golpeado por haber chocado con aquel poste.
No fue un golpe muy fuerte pero logró sacarle un gran susto a Lisa.

La tailandesa se acercó al auto, viendo que Jennie salía de el riendo y tambaleándose.

- Jennie, ¿estás bien?, ¡Dios!, me asustaste - Dijo Lisa con la respiración agitada, poniendo sus manos en las rodilla para recuperar el aliento.

Subió la vista y Jennie se acercó a ella, seguido de eso, sus labios estaban unidos, dándose un beso apasionado.
Lisa sintió el sabor del alcohol mezclarse con el adictivo y delicioso sabor de Jennie.

Abrió los ojos como platos al sentir que Jennie la empujaba dentro de su casa, cerrando la puerta detrás de ella con fuerza.

Jennie acorraló a Lisa contra la pared, causando qué la espalda de esta chocará con ese frío muro. Jennie mordió el labio inferior de la tailandesa, saboreando y chupando a la vez.

Lisa estaba en shock pero a la vez fascinada con todo lo que pasaba, las sensaciones qué Jennie provocaba en ella eran incomparables y la hacían sentir diferente. Amada.

Pero a la mente de aquella tailandesa vino el recuerdo de que Jennie estaba borracha, entonces la alejó aunque no quisiese.

- Jennie, no puedo hacer esto contigo - Dijo con la respiración agitada y el corazón a punto de salirse de su pecho.

- ¿Porqué?, ¿acaso no me quieres? - Preguntó.

- N-No es eso, es solo que estás borracha y... Me estaría aprovechando de ti - Bajó la cabeza apenada.

- Entonces aprovechate de mi, te doy permiso - Sé acercó a ella nuevamente, besando la comisura de sus labios.

Ambas sabían lo que pasaría en ese momento.

𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒔𝒕 𝑭𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora