12.

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Habían pasado dos largos días desde que firmé el contrato, dos días tortuosos en los que no supe nada de Lisa ni de lo que quería hacer conmigo, ya le había informado a mamá que nuestra situación tan precaria y desafortunada acabaría pronto, solo era cuestión de ser pacientes pero... Lisa está acabando conmigo.

No sé nada de ella y no siquiera sé que tenga en mente, ¡Dios, esto está matandome!.

Me levanté de mi cama después de pensar y pensar, no supe cuánto tiempo me mantuve en mi cama antes de levantarme, aislada y pensando en una única cosa. Lisa.

Así que bajé las escaleras y escuché voces, como si mi madre estuviera hablando con alguien, así que me acerqué a la cocina y ahí estaba mi madre cocinando mientras hablaba con ella; con Lisa.

Abrí los ojos como platos, estaba dispuesta a regresar a mi habitación con cautela pero una madera vieja del piso sonó cuando la pisé e inmediatamente ambas voltearon a verme. Pude ver la mirada de Lalisa fija en mi y como sonreía malévolamente.

- ¡Hija!, Creí que jamás te despertarías - Me dijo mi madre con una sonrisa en su rostro.

Mi madre dejó el sartén en la estufa y se sentó a desayunar junto con Lisa, que ya se encontraba desayunando huevos con tocino y un jugo de naranja.

- Siéntate Jennie, tu madre preparó un desayuno delicioso - Me dijo Lisa con una sonrisa muy falsa.

Yo me senté cuidadosa a su lado y mi madre nos vio con una cara que no pude descifrar.

- ¿Por qué estás aquí? - Pregunté a secas esperando una respuesta de Lalisa.

- Vine a pedirle permiso a tu madre, prepara tus maletas, nos vamos a Hawaii, tenemos un viaje de negocios y tú vas a ir conmigo - Me explicó sin preocupación alguna en su rostro, seguía comiendo.

- ¡¿Qué?! - Casi me ahogo con el jugo que recién había tomado - ¿mamá? - La miré con una mirada enojada.

- Hija, negocios son negocios, tienes una jefa que se preocupa por ti y vino hasta aquí pasa asegurarme que estarás a salvo, yo no crié a una hija que escape de sus responsabilidades, a parte es una buena oportunidad Jennie, así que acepta ir, ya tienes mi permiso - Me explicó mi madre.

- Ya no tengo hambre - Me levanté de la mesa y me dirigí a mi habitación.

Sabía que esto iba a pasar, ¿Por qué me pongo así?. Tal vez me asusta la idea de estar a solas tan lejos con Lalisa, yo firmé ese contrato, así que sabía que esto pasaría tarde o temprano, pero aún no estoy lista.

Cerré la puerta de mi cuarto y me senté en mi cama, medité sobre la situación, después del divorcio, mi madre se quedó sin un solo billete en su cartera, nosotras tuvimos que sobrevivir como pudimos, ahora llega Lalisa prometiendo que todo se arreglará si hago lo que dice y solo pienso en que mi madre ya no se preocupe por nada.
Fui una hija de perra en un pasado pero ahora, quiero remediar todo lo que hice mal, empezando por Lili, mi Lili.

De pronto unos toquidos en mi puerta .e hacen salir de mis pensamientos.

- ¡Pasa! - Grité.

La sangre se me heló cuando ví a Lalisa entrar como sin nada a mi habitación, yo creí que era mi madre.
Me removí incomoda en mi lugar cuando ella se sentó a mi lado, muy cerca de mi.

- Tienes que ir aunque no quieras, firmaste un contrato - Me dijo fuertemente.

- ¿Y si ya no quiero hacerlo?, Ya no eres la misma Lalisa - Me sinceré.

Lisa se levantó de la cama, abrió mi armario y sacó las maletas que tenía ahí desde hace años y comenzó a meter toda mi ropa dentro.

- ¡¿Qué haces?!, ¡Lisa! - Me levanté e intenté detenerla pero ella era mucho más fuerte y me quitó de un empujón.

- Vas a ir aunque no quieras, tenemos un trato - Dijo mientras metía toda mi ropa en las maletas.

- ¿Y si me rehusó?, ¿qué me harás? - La reté, solo pude ver cómo dejó de hacer lo que hacía de golpe y se levantó del suelo dónde estaba para caminar hacia mi.

Yo di unos cuantos pasos hacia atrás pero la pared de mi habitación me detuvo, ya no tenía a dónde ir.

- ¿Qué te haré? - Rió por lo bajo - Más bien ¿Qué no te haré? - Me tomó de los hombros - Ahora eres mía Jennie, MÍA, yo haré contigo lo que yo quiera ¿entendiste? - Me tomó del cuello y me acercó a ella para que nuestras bocas se tocaran.

Fue un beso extremadamente violento, ella, mordió mi labio con tanta fuerza que me sacó un poco de sangre, me apretó el cuello haciendo que mi oxígeno se fuera y diera un pequeño gemido entre el beso.

Pero a pesar de todo esto, aún seguía sintiendo ese beso distante, no sentía cariño ni ningún tipo de afecto, solo posesión.

Cuando ambas nos separamos, Lisa puso su pulgar en mi labio, limpiando la sangre que ella misma había provocado que saliera.

- Empaca - Me dijo para después marcharse de la habitación.

No tenía opción, tenía que hacerlo.





Holi de nuevo JAJAJAA.

Después de tanto tiempo, aquí está esta actualización de una historia que veo que les gusta mucho.
Perdón por no actualizar tan pronto pero lo intento, sin más que decir, nos leemos luego:)


𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒔𝒕 𝑭𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora