doce

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—¿Otra vez por aquí?

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—¿Otra vez por aquí?

Mi segunda noche afuera había sido un asco. Anteriormente, me las había arreglado para sobrevivir dentro de un asqueroso hotel abandonado donde por suerte, nadie patrullaba. Me ví obligada a correr de allí cuando una invasión de ratas infestó el lugar. Simplemente, vomitivo.

—Estás más sucia que la mierda, daj. ¿Siquiera pensaste en ducharte o algo así?

—Calla un poco, palo estúpido.

Con las pocas horas de sueño que cargaba, cero comunicación con mis seres queridos y además, mi celular apagado debido a la muerte de mi batería, todo iba de mal en peor. Mi estado de ánimo estaba por los suelos y mucho más mi irritabilidad que directamente, me manejaba.

De más estaba decir que extrañaba mi hogar como a nada, pero mi orgullo era tan grande y fuerte que no me permitía volver, además, siempre que recordaba aquellas palabras pronunciadas por Ken, me daban ganas de volver a nacer.

Era el momento para comenzar de cero, supuse, de ser libre como siempre lo había querido. Yo misma era un corazón roto necesitado de cambios radicales.

—Que bruta, niñita— una risa peculiar salió de los labios de Hanma, quien me observaba de manera fija—. ¿Qué haces por acá?

—No es algo que te interese.

—Meh, ni que me importara mucho— alzó los hombros, desinteresado—. Veo que estás buscando un techo de vuelta, de otra forma no se explicaría...

—Dormiré en el piso.

—Bueno, no es mi problema— rió crudamente—. ¡Nos vemos, Ze...

—Agh... Odio pedir esto pero...

Una sonora carcajada se escuchó saliendo de la boca de aquel castaño con reflejos platinados. Bufaste, sumamente molesta.

—Sólo quiero ducharme, aunque sea eso.

—¡Bienvenida seas, linda!

(***)

En aquel punto, ya nada podía espantarme tanto como los lugares que había visitado los anteriores días respecto a la suciedad o algo parecido, sin embargo, admitía que tenía un poco de miedo de ducharme en la casa de Hanma. Ese chico tenía toda la pinta de ser un sucio y además, de poder llegar a meterse a la ducha mientras yo la usaba. Lo primero que hice al llegar fue colocarle el seguro a la puerta el baño y luego, asegurarme de tener una toalla para taparme en cualquier situación imprevista -como el pervertido de Hanma entrando.

Shuji sólo rió, como siempre, al escuchar aquel "tac" proveniente de la traba de la puerta.

...

—Definitivamente deberías ducharte más seguido— opinó perversamente al verme salir—. Bajo toda esa suciedad se esconde una chica que está bien buena.

Rame [Draken] Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora