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Mi engañosa vista mostraba a un alto muchacho castaño el cual si no me equivocaba tenía a dos secuaces detrás de él

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Mi engañosa vista mostraba a un alto muchacho castaño el cual si no me equivocaba tenía a dos secuaces detrás de él. Claro que no lo conocía pero ese no fue motivo para no pararme ante ellos proporcionándole mi protección a Natsuo el cual seguía en el suelo, quejándose cual niñito.

-¿A quién tenemos aquí? ¿Acaso es la noviecita de la sirvienta?- rió el "líder", haciendo coro con los otros dos. Una de las "pandillas" escolares se había hecho presente. Allí estaba la prueba: los problemas me buscaban por mucho que intentara mantener un perfil bajo-. ¿Qué hace una mocosa como tú haciéndonos frente, eh? ¡Dile a tu princesa que se levante! ¡Le ordenamos que nos trajera tragos hace veinte minutos y nos hizo esperar como unos idiotas!

Mi rencorosa mirada era difícil de disimular. Mis oscuros ojos sólo mostraban odio y enojo, en cuanto a emociones, eran incluso más transparentes que el agua. Todo era tensión.

-¡Natsuo, Zenda!- Pol, Sora y Agatha corrían hacia nosotros habiendo tenido que empujar a un gran tumulto de gente que había formado una gran ronda alrededor nuestro para contemplar la "pelea" desde cerca.

Muchos abucheaban, otros alentaban. El ambiente escolar sí que era una verdadera mierda: todos apoyaban la violencia y el bullying, nada fuera de lo común. 

-Agh... Mierda...- Natsuo se removió en el suelo. Por lo menos podía estar segura de que estaba consciente aunque ni yo misma lo estuviera-. V-Váyanse, chicos, e-es mi problema.

-¡Levántate, tonto!- Pol ayudó a Natsuo a levantarse mientras que las chicas sólo se quedaban a mi lado, nerviosas.

-Pero qué ternura.. ¿Harás de heroína?- el chico se acercó a mí queriendo tocar mi rostro, retrocedí al instante-. ¿Tan a la defensiva, nena? ¡Las difíciles son más bonitas!

-Vámonos, Zenda. Siempre se aprovecharon de Natsuo y no le tienen piedad a las muje...

Ignorando el comentario de Sora quien me sostenía por mi hombro, le proporcioné una patada en la sien al tipo que me estaba molestando. Cayó al sucio pasto segundos después. Un gran "Ohhhh" en coro se escuchó y mi cuerpo se cayó hacia atrás debido a mi pobre sentido del equilibrio, afortunadamente, Sora me sostuvo.

-¡Z-Zenda! ¡¿Cómo es que...

-Agh... ¡Ni siquiera puedo mover mi maldito cuerpo! ¡Quiero un café!- mareada, volví a enderezarme. Todos me miraban impresionados, mi vista se hacía doble-. ¡¿Qué mierda miran?! ¡¿Piensan que esto es un show?!

Un metal filoso rozó mi cara. Uno de los secuaces del idiota que estaba en el piso me había cortado la mejilla con una pequeña navaja. Ambos estaban asustados, aunque si tuviera que ser sincera de seguro lo estaban por el simple hecho de tener que pegarle a una mujer.

-Es muuuy maleducado herirle el rostro a una chica, ¿Lo saben?- reí, limpiando lo que caía de sangre con mi lengua-. ¿Quieren quedar como éste idiota? ¡No hay problema!-

Rame [Draken] Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora