siete

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Desde que nací siempre había estado encantada con mi nombre, Zenda, mujer sagrada

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Desde que nací siempre había estado encantada con mi nombre, Zenda, mujer sagrada. Simplemente siempre sentí que había sido creado para mi, que cada acción que hiciera sería para hacerle honor a esas magníficas palabras que le daban significado.

Mi apodo, Zen o Zenn, había sido creado por una sencilla abreviatura de mi nombre entero. Uno de aquellos lindos días en los que todo era de color rosa, Draken, Mikey, Shinichiro y yo habíamos buscado los significados de nuestros respectivos "títulos" como personas, en mi caso tocó buscar ambos. Zen; rama de meditación de origen budista que se enfoca en aceptar lo que se vivido, sea doloroso o sufrido. El Zen nos ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva, lo que observamos se unifica sin distinguir algo como bueno o malo.

Fue en aquel entonces en el que sentí que tenía un verdadero rol especial en la vida de mis seres queridos. Me dediqué a meditar y mantener mi mente abierta para así poder apoyar y comprender a las personas importantes en mi vida, en especial, Mikey.

Mi hermano siempre había sido una persona que se corrompía con facilidad, yo era el peso que colaboraba con el faltante de su balanza para equilibrarla. Pero olvidé que yo también podía corromperme, que yo también podía tener momentos de debilidad. Eso hacía que cargue con la gran responsabilidad de mantener a mi hermano en sus cabales, no me molestaba, pero todo se complicó ese mismo día que empezaron mis estúpidos impulsos, en el que mis pensamientos de hartazgo tomaron acción.

"-¡Hermanita! Cuando queramos cubrir tu identidad te diremos Meditt, ¿No es bueno? ¡Suena como tú!"

(***)

-¡Suficiente, Meditt!

-¿Mikey?

Furioso, Manjiro Sano caminaba y  justo hacia mi. Debía admitirlo, tenía miedo, y mierda que estaba por mearme encima, pero tenía la creencia de que debía ser rebelde, de que debía enfrentar todo aquello que se interpusiera en mi "camino". ¿Qué camino? Ni siquiera tenía uno formado, pero pretendía tenerlo. Adolescencia, quizás.

-¡¿El invencible Mikey?!

-¡Es él! ¡Es el comandante de la ToMan!

Manjiro me enfrentó, cara a cara, generando una tensión ambiental tan fuerte que me preguntaba si era posible aguantarla. Podía sentir como mis piernas amagaban a flaquear.

Por mi parte, me encontraba bastante dolida. Otra de las etapas de aceptación al rechazo: dolor y enojo. Claro que disfrutaba de hacer líos.

-¡¿Son novios?!

-¿Qué está pasando?

-¡¿Qué mierda miran!? ¡Váyanse!- pude divisar como Draken hizo su entrada detrás de mi hermano.

Sin dudarlo, tomó a un muchacho del Moebius por su chaqueta y lo arrojó a unos cinco metros, un segundo después todos salieron corriendo.

La zona ya estaba despejada. Su mera presencia había espantado a todos. Tragué saliva, jamás había visto algo así en persona. El terror que sentían esos muchachos al ver a Draken y a mi hermano en persona se podía ver en sus miradas.

Rame [Draken] Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora