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-¡Lo siento mucho, Zen!

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-¡Lo siento mucho, Zen!

-Cállate o te mato.

Ya había perdido la cuenta de cuántas veces Natsuo se había disculpado conmigo por lo sucedido en el día de la fiesta. Claramente no era algo que me importara en lo más mínimo; de haber pasado estando sobria hubiera reaccionado de la misma forma, y es que yo misma me había metido en esos asuntos.

Supongo que las peleas me atraían después de todo.

-Ya, Natsuo. No seas tan intenso- ordenó Sora, interponiéndose entre nosotros. El día recién comenzaba y tenía todas las pintas de que sería muy largo, quizás con la compañía de mis amigos se alivianaría-. Dime, Zen, ¡¿Cómo es que eres tan estúpidamente increíble?! ¡Sólo di el secreto! ¡Podrías tener como a toda la preparatoria bajo tu mando!

-Daj, no exageres- respondí esbozando una mueca de asco.

Aquel día había recibido cientos de veces comentarios de ese tipo, así como miradas de asombro. Quizás pelear era divertido, pero para nada me interesaba ser la bully de la escuela.

Desde tiempos antiguos mi familia siempre había estado metida en negocios "sucios", por así decirlo. Increíblemente, todos los Sano siempre terminaban siendo comandantes de famosas pandillas fuertes y muy temidas.

Fueron mi hermano mayor y Mikey los líderes que decidieron cambiar las cosas, creando una nueva era de criminales "no tan criminales", si así se podía decir. Claramente, era el círculo al que yo estaba adecuada y por mucho que intentara alejarme mis actitudes y naturaleza interior siempre terminaban guiándome a meterme en ambientes turbios siendo la única "dotada" con la capacidad de lidiar con aquello.

No creía que fuera algo especial, sino, doloroso y extraño.

-¡Además, unos chicos lindos vinieron a buscarte! ¿Quiénes e...

-¡Sora, está Pol!

-Uhm... no importa, ya estoy acostumbrado- comentó, rascando su nuca-. Además, ella tiene razón. Eran lindos.

-¡Ja! ¿Ves, Agatonta?- sonrió, dándole su mano a Pol el cual la aceptó gustoso-. Por algo estamos juntos, ¿No crees?

-Qué par de raros...

Fue así como los cuatro nos adentramos a la horrorosa y asquerosa preparatoria. Claramente, lo que yo pensaba que sería un día normal terminó siendo todo lo contrario. Recibí más miradas que nunca en mi vida, los murmullos me rodeaban y casi todos me abrían paso con algo de temor.

Se notaba en sus caras que mi presencia les intimidaba, otros sólo sonreían con picardía al mirarme. ¿Qué mierda estaba pasando? ¿Acaso era la revolución de los estúpidos?

-Agh, qué molesto- susurré, poniéndome en frente de mis amigos-. Es un pasillo larguísimo y está lleno de gente.

-Has tu magia, Zenda.

Rame [Draken] Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora