nueve

434 58 4
                                    

-Hoy fue un día asquerosamente largo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-Hoy fue un día asquerosamente largo.

-Ni me lo digas. Fue una mierda.

Caminaba a través de los pasillos de la preparatoria junto con Agatha y Sora. Por fin me tocaba tomarme mi tiempo rodeada de amigas y no de chimpancés ruidosos como los chicos. A pesar de que los quisiera, para nada se asemejaba mi amistad con el sexo femenino a la del masculino. Había millones de cosas que los hombres no entendían, mientras que las chicas con sólo darte una mirada ya sabían todo. Era impresionante.

Por obvias razones, me había tocado vivir rodeada de chicos toda mi vida, no era algo de lo que me quejara en gran medida, pero sí, muchas veces se hacía molesto. No siempre había tenido amigas mujeres con las que compartir cosas, y se me hacía algo sumamente necesario en mi vida.  A pesar de que no estuviera acostumbrada a ventilar mi vida personal, ¿A quién le diría que me manché debido a la regla y me ayudaría? ¿Con quién podría hablar sobre chicos con total libertad? Bingo. Allí estaba la cuestión.

-¡No importa, comeremos unas donuts riquísimas! ¡Créanme, conozco el lugar!- sonrió con emoción Agatha, nuestra guía aquel mismo día.

La preciosa casa de café se encontraba justamente escondida entre unos edificios justo a la vuelta de la preparatoria. No debimos caminar mucho, tampoco era un lugar demasiado lujoso ni extravagante. Justamente, era nuestro estilo.

-Está lindo- comenté, sentándome justo en frente de Agatha-. ¿Qué pedimos?

-¡Muchas donas!

-Yo pediría algo salado, para variar- Sora observó la carta, pensante.

En tan solo unos minutos fuimos atendidas por una preciosa muchacha la cual hizo todo con mucha rapidez y eficacia. Sonreímos con felicidad al vernos frente a tanta comida, todo se veía exquisito.

-Hora de la verdad- Sora hizo sonar sus largas uñas, dando leves golpecitos ansiosos contra la mesa-. Vinimos para algo, ¿No?

Tanto Agatha como yo nos miramos más que estupefactas. No teníamos ni puta idea de qué hablaba Sora.

-Hum... Sí, a comer- respondí, dándole pequeños sorbos a mi café.

-¡Idiota!- mi amiga golpeó mi cabeza sin delicadeza alguna-. Las salidas son para hablar de chicos. Ahora que estoy con Pol todo se volvió taaan aburrido- suspiró, para luego sobresaltarse-. Es decir, ¡Lo amo! Pero cuando estás en una relación todo se vuelve muy monótono... es por eso que las tengo a ustedes.

-Y-Yo... no lo sé...

Sora y yo nos dirigimos unas miradas llenas de sospecha, al instante, ambas entendimos que Agatha había dado la gran señal de hablar sobre alguien que le gustaba. Mí tímida amiga estaba roja como un tomate, ¡Eso que ni siquiera habíamos hablado de nada en puntual!

-Habla ya- soltamos ambas a la vez, logrando así intimidar un poco a la pelirroja la cual se achicó-. ¡Sin nervios, tonta! ¡Somos tus amigas!

-¿H-Hablar? ¡No tengo que hablar de nada!

Rame [Draken] Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora