—Ugh. Esto es embarazoso.
—Literalmente, si lo es. Nfu~
Yui miró de mala gana a su esposo con los ojos entrecerrados; eso hacerse el gracioso no le quedaba mientras ella sufría haciendo un esfuerzo y vergüenza por cada que intentaba agacharse con esa enorme panza en el último mes. Y él, él solo se quedaba en su lugar riéndose.
Ahí por ejemplo, estaba sentado en la cama matrimonial mientras ella trataba de agarrar su cepillo de cabello.
—No ayudes tanto.
—Oh Yui-chan, sabes que sólo me río porque eres muy adorable~ todo lo que tenga que ver contigo y el bebé lo es.
—Yo no le veo nada de adorable vomitar encima de alguien. —Recordó con vergüenza el como echó a perder su reunión de té con Mai cuando Laito apareció para hacer de recipiente de vomito.
Porque para él era adorable desde vomitar encima suyo, hasta orinarse de la risa a causa de su vejiga tan débil. Sin contar esos vergonzosos gases que se escapaban sin su permiso.
El embarazo le había hecho bien, incluso si por accidente una vez le dijo que estaba rellenita, sinónimo que para una mujer embarazada era "gorda" se veía muy hermosa. En su defensa, lo puso en un aprieto muy grande al pregúntarle si estaba gorda.
Esa noche lo mandó a dormir al sofá.
Su cabello rubio y rizado hasta las caderas le daba una delicadeza adulta más refinada, su rostro un poco más redondo, y sus pechos....sus pechos eran una bendición. La mala noticia es que ella no se dejó tocar después de primer trimestre.
Siendo sincero un 10% de su apuro de la llegada de su hijo era por eso. También tenía sus necesidades, y con semejante mujer, la abstinencia se convirtió en un reto.
—Hmmmm son cosas que me recuerdan mi gran recompensa de más adelante. —Cerró los ojos sonriendo a medida que se ponía de pie—Asi que está bien por mi.
—Es una manera un poco extraña de verlo positivamente.
—Es porque lo es. —Dijo acercándose y recogiendo el cepillo—Ustedes son más que una cosa positiva en mi vida.—Le dió un beso en la mejilla entregándole el cepillo— Son mi vida.
Laito le sonrió viéndole con sus ojos ensoñadores. Sosteniendo la mejilla de Yui con una mano. Incluso si su hijo o hija aún no nacía, conjeturaba un amor a primera vista cuando la sostuviera en sus brazos.
El día en que Yui le dio a entender que sería padre, poniendo sin que se diera cuenta un par de botitas tejidas de color verde sobre el escritorio de su despacho; al principio le costó un poco descifrar el mensaje, pero cuando lo hizo, – Después de permanecer un rato sin poder creerlo –lloró y moqueó como una magdalena en el hombro de su esposa.
—Esta pateando mucho—Comentó Yui ganándose la atención de Laito. Ella con una sonrisa se tocó el vientre—Se que estás ansioso por nacer.
—Pero mamá y papá lo están más.
Laito se posicionó detrás de ella, sus manos se detuvieron por encima de la tela de aquella bata de dormir materna color rosa; no fue una sorpresa volver a sentir las patadas de su bebé.
—¿Crees que sea niño o niña?—Preguntó Yui viendo desde el espejo el rostro de su esposo descansando en su hombro.
—Cualquiera estará bien. No me importa.
Luego besó su hombro apretujandola más. Ciertamente lo pensó muchas veces con ese capricho de Yui negándose a decirle el sexo del bebé. Y por más que le hiciera alguna pregunta capciosa, ella era más rápida e inteligente notando sus intenciones.
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Agenda de la muerte- ©Laito Sakamaki
FanfictionTras un trágico "Accidente" Yui es arrastrada a un lugar que no llega a ser ni el infierno, ni el cielo. Aquella chica que tercamente amaba se le iba de sus manos, un macabro suceso que le cambiaría su enfermo concepto del "Amor" -La muerte de Yui K...