T r e s

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—Oye, Bitch-chan; abre los ojos, desde hace rato que te lo estoy diciendo

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—Oye, Bitch-chan; abre los ojos, desde hace rato que te lo estoy diciendo. Oye, oye, oye ¡OYE, OYE, OYEE! Oye mi Bitch-chan....

De nuevo había sido retirado a la fuerza lejos de aquella caja de madera y vidrio. Su grito desgarrador aturdieron más que los del mismísimo Kanato no aceptaba su muerte de manera debida, sentía que en cualquier momento terminaria como la madre de Subaru.

No quizo verla pero tampoco deseaba perder la última oportunidad de despedirse así como a ella.

Luego de que KarlHeinz se marchara esa noche, Reiji explico las razones por las cuales mandarían a la rubia lejos; su corazón era un peligro en manos equivocadas. Buscaron opciones y la única aceptada fue mantenerla enterrada en en el cementerio del Inframundo protegida especialmente por una barrera, obviamente su lápida no tendría nombre sino un simple símbolo de tres flores iguales al broche que usaba sobre su cabello.

Kanato hizo una de sus típicas rabietas, dolido por su pérdida y la muñeca más bonita no estaría en su colección.... Aunque si era sincero el valor de arreglarla se le estába llendo por el caño luego del funeral.

—¡Te juro que buscaré y encontraré al culpable de esto! ¡Te lo juro, Yui-chan!

No era el único roto, sin embargo si el más afectado. Se soltó del agarre de Reiji volviendo a acercarse al pálido cadáver femenino. Posó una mano encima del vidrio mirando a quienes estaban a punto de enterrala pidiendo unos minutos más. Aceptaron, estaban acostumbrados a esa clase de peticiones.

—Yui-chan. Es una lástima, ahora muerta decirte que no eres reemplazable me ....duele—Se sorbió la nariz

Su corazón no latía pero el malestar emocional se comparaba a un campo de infierno en guerra.

—¿Por que hasta sin vida tienes que verte tan bonita?—Saboreo una lágrima viendo alrededor del frío cuerpo cubierto por un bonito vestido blanco y flores blancas

Levantó la tapa a medida que se sacaba el sombrero, con el fin de ponérselo. Acarició su mejilla con ternura

<<Tu...No me quieres ni un poquito ¿Verdad?>>

Proceso unos segundos preparándose para lo que diría, si eso no era cariño real entonces no lo sabría nunca a mejor calidad.

—Por supuesto que te quiero,todos lo hacemos..—Siguiente acariciando las pálidas mejillas femeninas—Es la tercera vez que lloro tanto en mi vida y la anterior también fue por ti~

No podia parar de sollozar y acariciarla pensando que haría lo que fuera para que volviera, no importara el costo.

—Debia abrazarte más fuerte la última vez que te ví, debí besarte con más esmero esa noche—Dijo pasando la mano por la cabeza de ella hasta sus resecos labios—Pero lo que definitivamente no debí, es hacerte creer que no me importabas. Lo lamento, Bitch-chan.

Agenda de la muerte- ©Laito Sakamaki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora