Capitulo 1
Los cristales de la camioneta estaban empañados por gotas de lluvia. Era una lluvia leve.
Una vez al mes sale el sol en esta cuidad. Me gusta el clima. Una de las cosas por lo que no proteste al saber que me cambiaría de casa. Específicamente, ahora viviría en un castillo.
Distingo entre la niebla un bosque oscuro con árboles espesos. Llueve con un poco más de intensidad.
-¿Señorita Helany? -escucho la voz del chófer.
-¿Si?
-Chequee el seguro de la puerta, por favor.
Asiento una vez con la cabeza, mirando por la ventana. Ni siquiera miré al chófer cuando me habló. Ni tampoco ya recordaba lo que me dijo. Sólo quería dormir.
Me acurruque más en mi asiento, dando gracias de haberme traído una sudadera puesta, hacia mucho frio.
Cerré mis ojos intentando dormir, cuando el chófer frena derepente. Doy un salto que casi me pego con el techo de la camioneta.
-¿Qué pasa? -me agarro del asiento del chófer.
Éste que tiene las manos apretadas al volante, horrorizado.
-A-Atropelle a una persona -dice en un balbuceo.
Abro muchos mis ojos. No podía estar pasando esto.
Iba a hablar cuando el chófer reacciona y sale del auto, dejando la puerta abierta.
Me colo en los asientos del frente para salir.
-¿Está...?
-No hay nadie -dice el hombre- ¡Estaba seguro que había alguien aquí!
Fruncí el ceño, acercándome al lugar. Las gotas de agua me caían en la cara.
Era verdad no había nada, solo un profundo rasguño en la carretera, al cual le resté importancia alguna.
-... Seguro te confundiste con la neblina -puse un pie dentro de la camioneta-. Vamos.
Me agarra de la muñeca, haciéndome girar.
-Eso no fue ninguna confusión, se lo aseguro.
Mis ojos azules se encuentran con los de él. Su cara era de terror absoluto, le temblaba el labio inferior y su piel estaba muy pálida. Era un señor como de más o menos cincuenta y pocos de años.
Se tranquilizo un poco al entrar al auto -después de asegurarse unas milésimas de veces los seguros de las puertas-. Ya estábamos en marcha otra vez, pero con la velocidad más alta que antes.
Me estaba dando un poco de miedo por las curvas y lo nervioso que iba el chófer, le temblaban mucho los brazos.
Me enfoque en un hilo suelto de mi suéter.
-S-Señorita... -murmura algo pero escucho nada.
Había aumentado el doble de velocidad, parecía que estábamos dando vueltas en círculos, ya me estaba empezando a marear y el ruido no me dejaba escuchar lo que me decía el chófer.
-¿QUÉ? ¡HABLA! -no sé si grito por miedo o rabia de la actitud del chófer.
Mi mirada se desvío al frente, en ese momento... Mi vida pasó por mis ojos. El chófer había perdido el control de la camioneta.
La neblina le impidió ver la curva que teníamos en frente, el chófer, asustado, dió un volántazo girando hacia la izquierda, el volante se partió volando por dentro de la camioneta, trate de esquivarlo. Sentí mi cabeza húmeda. El chófer gritaba y creo que yo también.