Capitulo dedicado a CNCOWNER2009
Gracias por seguir y darle apoyo a mi historia ❤️Capitulo 7
Trato de pasar lo más alejada de él posible, pero es imposible al sentir su agarre en mi brazo.
—¿Qué carajos quieres? —lo encaro.
Él aprieta los dientes.
—Baja la voz.
Lo fulmino con la mirada.
Él me guía por el pasillo hasta la puerta de mi habitación antes de que diga nada.
—Entra.
La corriente vuelve a recorrerme el cuerpo cuando me suelta el brazo. Hago lo que me dijo y cierra a su espalda cuando ya estamos dentro.
—¿Por qué te preocupas? —le pregunto, sorprendida.
Diego me mira como si me fuera salido otra cabeza.
—¿Cómo sabes lo que siento, Helany?
—Desde que me hiciste aquello en el pasillo de los recuerdos siento todo de tí. Quiero saber el por qué de la maldición —le exigí.
El camina hacia la ventana del balcón, apoyando la frente sobre el brazo que colocó sobre la pared.
—No quiero que me digas que son muchas preguntas y que es muy peligroso para yo saber la verdad —agrego, muy seria.
Lo observó a unos metros y desde aquí parece verle una sombra de sonrisa que casi me quita la rabia.
—¿Por qué me sigue gustando tanto verte enojada? —me suelta de repente.
Me quedo estática en mi lugar. Lo había escuchado clarito. ¿Lo ha hecho a propósito?
—Si esta es una forma de hacerme olvidar lo que pasó, te informo que no pasará —le hago saber, haciendo un esfuerzo para no quedarme trabada mientras hablo.
Me coloco a un lado suyo cuando veo que no tiene intención de seguir hablando. Odio admitir que si ha hecho algo de efecto en mí, y más porque sé que es cierto debido a la conexión.
Sonreía amargamente mirando hacia abajo.
—Sufres de la memoria, ¿No? —murmura, y me sorprende que sepa eso cuando se supone que era un secreto—. No te diré cómo lo sé, la cosa es que no es una enfermedad cualquiera. Desde que tienes memoria siempre has tenido ese problema; en los estudios te costaba retener la información y seguido olvidabas las cosas.
Hace una pausa. Yo asiento lentamente, desviando la mirada hacia la ventana.
—Luego con los años te sucedía con más frecuencia —continua en voz baja, yo lo odservo de reojo y veo que tampoco me está mirando, si no que tiene la vista perdida en la ventana—. Hasta que tus profesores en el colegio detectan tu situación, haciéndole saber a tu madre, y de allí se vino el problema. Te diagnosticaron como enferma y te suministraban muchos medicamentos no recomendados. Te asignaron tutores para que continuarás las clases sin ningún inconveniente, pero fué en vano porque seguías sin poder recordar nada, y tu madre se vió obligada a pagarle al colegio altas cifras de dinero para que pasarás de año y te lograras graduar. ¿Me equivoco?
No le devuelvo la mirada, solo agacho la cabeza, mirando mis manos.
—Acabo de comprobar que no recuerdas la mitad de cosas que estoy diciendo al no darme la cara —comenta.