Vampiros [Borrador]

Capitulo 5

Capitulo 5

Alanis me explicó todo desde el principio, desde lo del ritual falso hasta la muerte de la mamá de Diego —lo último no era necesario, pero lo tenía que preguntar—. Mientras Erick se fumaba un cigarro tranquilamente fuera del auto, tras murmurar antes de salirse siento que está conversación ya la tuve antes. Sepa alguien los problemas de Erick.

Alanis pone una mueca.

—Nadie sabe lo que pasó exactamente. Nunca se encontró su cuerpo pero la declararon como muerta, algunos dicen que fue víctima de una maldición, o un juramento mal pagado del Rey Federico.

Hace una pausa, pensativa.

Me estaba mordiendo la lengua para no preguntar más sobre el tema. Pero... ¡Era una historia interesante de saber!

—Hay algo más en esa historia —deduje.

Ella asiente.

—Ahora me estoy acordando de algo que pasó en esa familia —murmura—. La Reina falleció en la misma fecha que Diego nació. Ella no podía tener hijos, y se dice que era tanto el amor que sentía por Diego, que la llevo a tomar malas decisiones. Dice que ella junto con el Rey distorsionaron las líneas temporales en Kadavra, para el nacimiento de Diego.

—¿Crees... que sea cierto? —pregunto, más interesada de lo normal.

No me había fijado pero, Diego nunca me ha mencionado a su familia, ni de alguna cosa de él. Cuando hablamos de lo único que habla es de mí o de Kadavra. No me imaginaba que Diego había pasado por lo mismo que yo pasé con mi madre.

—La verdad —Alanis parece pensárselo mejor—... Es que en Kadavra hay varias fechas que no encajan de acuerdo a su historia. Fechas, personas, universos... Todo eso.

Es ese momento, mi corazón da un brinco.

—Entonces... —repico los dedos en mis rodillas, ansiosa. Oh, no, ahora no. Eso no es problema mío. Pero mi instinto fue más fuerte que yo—. Eso puede que esté relacionado con el tema de la dichosa Elegida, ¿No?

Alanis asiente. Al parecer no estoy tan equivocada con mis conclusiones.

Repito: Mi instinto nunca falla.

Alguien baja la ventana del auto y la cabeza de Erick se asoma desde afuera, sacando el humo del cigarrillo por los labios.

Me encanta el olor a cigarro.

—¿Nos vamos?

***

Una vez ya en mi habitación, aprovecho para escuchar música con mis audífonos. Ya casi con una semana aquí siento la cama tan cómoda como la anterior en mi otra casa.

Esto es relajante.

Estoy apunto de cerrar los ojos cuando, me parece escuchar un ruidito no tan específico.

Me tapo la cara con la sábana. Quizás era la canción. Igual, aquí de todo puede pasar, literalmente. Aún no entiendo qué hago yo aquí, supongo que no tenía opción...

Casi me quedo dormida cuando apenas escucho el mismo ruido de antes. Esta vez, estoy segura que no es la canción.

Oh, no. ¿Ahora qué hago?

¿Si es un vampiro para chupar mi sangre? ¿O es una bruja para lanzarme un hechizo? ¡¡Con cualquiera de esas opciones terminaría muerta!!

Dios, ¿qué puedo hacer? ¿Le tiro el teléfono? ¿Una almohada, tal vez?