Hola, Lectores que siguen mi historia. Les informo que este es mi primer libro y estoy muy emocionada de escribirlo. Pido perdón si los hago esperar demasiado por la publicación de los capítulos, es que he estado un poco bloqueada las últimas semanas y cuando logro escribir algo, termino borrando o editando el capítulo entero (este es el único capitulo que he corregido, los demás están sin revisar). Pero estoy dando todo mi esfuerzo por no alargar tanto el tiempo de espera para las personas que van siguiendo la historia <3. Se los agradezco demasiado ❤️.
Bueno, mucha palabrería y nada de lectura. ¡A leer!
*Lanza besos al aire*
Capitulo 4
Mi miedo aumentaba con cada campanada. Cuando sonaban las escuchaba seguidas de un pitido que aturdía mis tímpanos, y los ojos se me cerraban inconscientemente. Cada minuto sonaba una. No podía evitar contar los segundos, preparándome para la siguiente.
57... 58... 59...
La campana volvió a sonar.
Cuatro...
Era la cuarta campanada. Eso era aterrador.
Y yo aferrada a la única persona que me generaba seguridad en ese momento: Diego.
-Tenemos que salir de aquí -dice Diego-. ¿Evan?
5...
-Es seguro -anuncia Evan asomado desde una ventana-. ¡Suban!
Evan había distraído a los guardias y Diego buscaba un lugar seguro.
-¿Por qué no usan sus poderes? -pregunto, mientras que Diego me ayuda a subir-. Sería más fácil.
-La magia deja rastro cuando el toque de queda se activa -explica Diego-. Nos rastrearán fácilmente. A mí no harían nada pero, a ti si. Ah, y a Evan también.
-Gracias -murmura Evan en otro establo, ofendido.
Diego dio un salto y cayó parado a un lado mío, con toda la tranquilidad del mundo.
22... 23...
-Es para evitar invasiones -añade-. Estamos en la mira de un Hechicero muy poderoso, además, unos cazarrecompensas también han intentado entrar.
-¿Cazarrecompensas? -pregunto, confusa-. Pensé que nadie sabía de la existencia de este lugar.
-Así es. Esas personas son enviadas por el Hechicero, también.
Evan hace otra señal indicando que el camino está libre. Saltamos otra ventana.
39... 40...
Era otro establo, la única diferencia era que, este tenía más eno que los anteriores. Diego y Evan empezaron rápidamente a quitarlo todo.
47...
-¿Qué hacen? -tenía que distraerme con algo, estaba muy inquieta.
49...
Mis nervios empezaban a aumentar con cada segundo que pasaba.
50...
-Hay un pasadizo secreto -responde Evan-. En el Castillo hay muchos.
52... 53... 54...
Evan abre una pequeña trampilla en el suelo.
-¡Aquí está! -exclama, entusiasmado.