XIII

214 27 2
                                    

Pasaron dos días,48 horas en lo que lo único presente a ojos de Eijiro era la ausencia del rubio en el edificio,asistiendo a éste únicamente su compromiso que hizo con sus amigos sobre asistir a su espacio de trabajo para pasar relajarse,dónde hacía de todo menos acomodarse al lugar ante la falta de su jefe.

Falta que sería indefinida hasta el momento que se dijese lo contrario o preguntasen al respecto.

Y eso es lo que Eijiro planeaba hacer.

Preguntar.

Sólo tenía una idea de a quién consultar además de a la jefa,quién ciertamente no consideraba mucho como una opción ya que aunque la mujer inquietante a sus ojos,no le tenía miedo,si no respeto,no por ser una figura de autoridad,si no por ser la madre de Katsuki.

Entonces sus opciones eran claras,hablar con la única persona que tiene conocimiento de que mantiene contacto con el rubio,Izuku,en el momento que viese al chico le preguntaría sobre el estado del jefe y si es que cabía la posibilidad de él poder ir a verlo,osea,visitarlo.

Si,eso era lo importante ahora mismo.

Mientras caminaba por los pasillos del edificio,manos en los bolsillos de su traje,mirando los tableros de notas que colgaban de los muros en los pasillos,que no contenían algo en específico en ellos,folletos,anuncios,recordatorios que los trabajadores dejaban allí,seguramente para cuándo pasaran por allí caminando verlos.

Una entre otra nota que eran burlas a sus compañeros de trabajo o otras cómo “Te amo Joeline” escrito con bolígrafo azul en una pequeña nota rosa,con un corazón al final de la frase que hizo sonreír a Eijiro por razones que desconoce.

Dio fin a su exploración por las notas de desconocidos dejadas en el tablero para continuar su paseo por los pasillos,llegando a una vitrina que resguardaba trofeos en su interior,varios nombres escritos en placas doradas,cómo los de Momo Yaoyorozu,Todoroki Shoto,Itsuka Kendo,Ibara Shiozak y Setsuna Tokage…

Pero el nombre que más reiteraba en repetidas placas y en diferentes trofeos era “Katsuki Bakugo”,sonrió para sí mismo,contemplando a través del cristal las copas áureas que no pertenecían a nada más ni nada menos que a su jefe.

Sabiendo éstas eran la mayoría de sus victorias,lo hacía felíz de cierta manera,sabía qué el chico había ganado diversos concursos de belleza,modelaje,gimnasia entre otros antes de llegar a dónde está ahora,teniendo conocimiento de ésto gracias a unas entrevistas en línea que vio la noche anterior en su celular,no por una razón en específico más allá del aburrimiento.

Aparecer en portadas de revistas,hacer comerciales y estar a punto de comenzar con la filmación de una película,no podía sentirse más orgulloso de trabajar para alguien tan exitoso y dedicado a su trabajo que él,en medio de su admiración vio el reflejo de una cabellera verde pasar por detrás de sí en el cristal,volteando rápidamente para saludar al chico él cuál no se había percatado de su presencia.

—¡Midoriya!,amigo pensé que no vendrías—saludó el pelirrojo alzando una de sus manos que retiró de su bolsillos al momento de ver el reflejo del chico a través del cristal,quién lo miró con una sonrisa—oh,lo siento—se disculpó al darse cuenta del teléfono que sostenía junto a su oreja con su hombro,mientras en su mano sostenía un bolígrafo y en la otra su libreta.

—No hay problema,es Kacchan—contestó cálidamente el pecoso,mirando al hombre en frente suyo.

—¿Kacchan?...oooh,¡Bakugo!—dijo mientras el contrario asintió levemente con la cabeza—¿puedo hablar con él?

—Oh no creo que sea buena ide-—habló sin poder terminar su sentencia antes de que el teléfono fuera arrebatado de su oído por el pelirrojo,poniendo la llamada en altavoz mientras sostenía el celular frente a sí—¡Kirishi-

FOR A TRAINED HEARTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora