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Gracias a Sero llegó temprano,quizás demasiado,ya que no vio al rubio en ningún lado cuando entro al gimnasio,esperar impacientemente su tardía llegada lo inquietaba,tanto que incluso consideró llamarle o ir a buscarlo,sacando su teléfono para mandarle un mensaje,eso hasta el momento de darse cuenta que no disponía temas de conversación de los que hablar con él una vez llegase,un problema tan absurdamente trivial que ahora tomaba el lugar que la preocupación ocupaba en su mente.

Mientras que en el silencio del vestidor casi se podía oír el sonido de los engranajes dentro la cabeza del muchacho comenzar a girar uno contra el otro en un esfuerzo que el motor su cerebro diese marcha.

No sabía a dónde se dirigía este tren de pensamiento tan repentino,pero ciertamente no iba a llegar a ningún lado con ello,se levantó de su asiento para tomar el bolso y ponerlo sobre la banca,abrió la cremallera y sacó la ropa deportiva que mantenía en su interior antes de desprenderse de las prendas que vestía,no tenía tiempo para pensar sobre tonterías,le pediría disculpas al jefe,si,eso era lo indicado.

Tomó el bolso consigo antes de dejar la habitación en dirección a,realmente no sabía dónde,sólo esperaba encontrarse en su camino con el hombre de su compañía para saber dónde debería de estar,hasta que divisó esa característica cabellera rubia a la distancia,se acercó con rapidez mientras la sonrisa de su rostro se hacía más y más grande en su rostro.

—¡Bakug-—el grito alegre del pelirrojo fue rápidamente callado por la mano del rubio sobre sus labios,con una mirada asesina en su rostro,como era usualmente.

—Ahorratelo—dijo el hombre antes de jalar al contrario desde el rostro,para los presentes era algo…cómicamente inusual ver cómo el pelirrojo caminaba apenas a espaldas del más bajo,levemente inclinado por la diferencia de altura y el agarre del contrario mientras caminaban rápidamente a quién sabe dónde.

Llegaron a una sección por separado en el gimnasio,probablemente una zona de descanso supuso Kirishima,eso hasta que vio artículos de entretenimiento y de más en el lugar,baños y camerinos,era básicamente una habitación grande,pero pequeña en comparación al resto del lugar,de igual manera como un mini “gimnasio” dentro de el mismo.

—¿Terminaste?—aún sostenía la boca del contrario en sus manos,este contemplaba maravillado el lugar hasta escuchar su pregunta y asintir con la cabeza para finalmente ser liberado del agarre del rubio,quién lanzó el bolso que sostenía en su mano izquierda al piso tomando asiento en la banca que estaba adherida al muro,soltando un suspiro de cansancio mientras cerraba sus ojos comenzando a regañar a Eijiro—sabes,podrías dejar de ser tan jodidamente ruidoso,hay más gente aquí y OYE NO TOQUES

No fue mucho antes de que el pelirrojo estuviera encima de Bakugo,literalmente,ambos sobre la banca mientras la pierna de Kirishima lo sostenía sobre la madera tomando espacio entre las piernas de Bakugo mientras entre sus gruesos dedos,con un agarre firme pero delicado al mismo tiempo sostenía el rostro del rubio entre sus manos,mirándolo fijamente mientras lo mantenía en su lugar,eso hasta que el rubio pateó su abdomen para apartarlo de sí,causando que cayera de la banca,mientras recomponía su compostura el pelirrojo se quejaba de manera exagerada en el piso.

—Que mierda crees que haces maldito lunático—dijo mirando a la montaña de hombre que yacía tirado en el piso actuando cómo una niñita.

—¡Me pateaste!—dijo el más moreno sin dejar su lugar en el piso,posición fetal mientras sostenía su estómago con sus manos y levantaba su mirada para encontrarse con la del contrario.

—Si,porque parece que no sabes lo que es el PUTO ESPACIO PERSONAL—gritó mientras rodaba los ojos,sentándose correctamente en la banca,ya gracias al ataque de el animal que parecía ser Kirishima estaba recostado en la banca mientras trataba de recomponerse.

FOR A TRAINED HEARTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora