-Capítulo 1-

53 7 0
                                    

-Maratón 1/3-

Очи чёрные, очи жгучие,

Очи страстные и прекрасные,Как люблю я вас, как боюсь я вас,Знать увидел вас я не в добрый час.


Una figura esbelta, cuyo rostro no era apreciable, avanzaba a gran velocidad sobre un hermoso caballo negro de una manera atolondrada, a través del amplio bosque, sin rumbo fijo. Su mente, a diferencia de ella, viajaba a la conversación que tomó lugar casi una hora antes.

-... ese es el trato, ella debe cumplirlo si queremos terminar con esto. Alexei, es una gran oportunidad, nuestra oportunidad, y es su deber como heredera cumplir, está lista, ya no es una niña, entiéndelo, tiene 27 años. Lo que pasó quedó en el pasado.

-Ya lo sé Melina, créeme que sé que ya no es una niña, pero algo no calza aquí.

-¡Y qué si no calza! Entiende, así debe ser, no podemos enviar a alguien más. Tiene que ser ella, tiene que ser Natalia.

-¿Y si algo le pasa? ¿Y si es una trampa?

-Pietro y Wanda van con ella, el trato incluye a los 4 herederos y a Wanda...

-¡JA! -una risa sin gracia salió de los labios del hombre -Es más probable que Wanda sea quien proteja a Natalia. Es Pietro, por amor a los Dioses.

-Recuerda buen que es tu yerno de quien hablas -regañó la mujer

-Sigo sin estar de acuerdo con esa relación

-Alexei, deja ya de posponer lo inevitable. Natalia irá a Sur, así como lo pide Joseph, te guste o no. Y Yelena está con Pietro te guste o no.

Y con eso, y un paso firme, Melina, nuevamente Voskotov, dejó el estudio en el que ella y su ex esposo solían tener reuniones al visitar Oeste, para retirarse a su habitación.

Claramente, la mujer nunca notó a su hija mayor, escondida en la rejilla de ventilación, justo al lado de la puerta, que presenció en primera fila la conversación de sus padres.

Natalia esperó pacientemente a que su padre también se retirara para ella salir a tomar un paseo en Widow, su caballo, regresando a la actualidad, donde la pelirroja se encontraría perdida si no fuese porque conocía ese lugar tan bien como el castillo. Su rumbo, ahora fijo, estaba cerca a la frontera de Oeste con Sur. Aunque era peligroso, el lugar que había descubierto luego de escapar de una de las melosas citas de su hermana con Pietro, le brindaba la paz que ya no encontraba en ninguna parte. Tampoco era que hubiese mucha paz en tiempos de guerra, y menos para ella en específico, pero bueno, algo se debía intentar.

El lugar en cuestión, no era más que una poza de profundidad media, escondida en las inhóspita frontera de Oeste, rodeada de raices secas y de un roble. En el viejo árbol, la pelirroja había instalado un refugio improvisado cuando en sus muchas visitas una tormenta la tomó desprevenida. 

Se bajó de Widow, y lentamente y con precausión máxima se aproximó al lago. Era tarde ya, y el lugar estaba cerca de fronteras enemigas, lo cual hubiera sido un peligro si no fuese por el absurdo tratado que Sur quería lograr. Una ofrenda de paz, en la cual el futuro del dividido Reino sería decidido por quienes eran su futuro, los herederos. Siendo sincera consigo misma, Natalia no recordaba haber conocido a los hijos de Barnes y Rogers, pero tenía una imagen mental. Egocéntricos, imbéciles, y unos malditos traidores buscapleitos. 

Si había escuchado bien, y ella siempre escuchaba bien, dentro de tres días, una escolta vendría por ella y por los Maximoff para reunirse con quien fuera Steven Rogers en Sur, para la primera de muchas reuniones diplomáticas con el fin, ya un poco obvio e innecesario decirlo, de restaurar la paz. Se quedaría en el caluroso Sur por el tiempo necesario, con Wanda y Pietro por única compañía. A diferencia de Wanda y Yelena, quienes siempre llevaban consigo a sus damas, ella solía viajar sola, sin todas esas personas persiguiéndola a todas partes, sin privacidad ni límites. Además, el fin de las damas en un reino en guerra era jugar el papel que un guardaespaldas tendría, solo que de manera más sutil. Ella no necesitaba guardaespaldas, hasta su padre sabía eso, a la cuarta vez de ser ella quien salváse su propio trasero, y el de los gorilas falderos, dejó de insistir.

Once upon a time... (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora