Capítulo 6

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Después de la pelea entre la inspectora y Sakura, se decidió que los servicios sociales pasarían a buscarla en un par de días para llevársela. El último día que Sakura estaría en el hospital, las enfermeras la llenaron de regalos como bombones, globos, peluches y demás objetos. Había calado en el corazón de todos los especialistas médicos, y no era para menos. Era una chica sonriente, agradable y llena de energía.

Pero los últimos acontecimientos, la reunión con la inspectora y la noticia de su embarazo, le habían arrebatado un poco de aquella felicidad momentánea.

Konan entró en mi consulta para despedirse.

—¿Has hablado ya con ella? Mañana es el último día que estará con nosotros.

—No, aún no he tenido tiempo. Tengo que terminar de rellenar estos papeles, me son urgentes, en cuanto pueda iré a verla —no escuché su voz, pero sabía que seguía mirándome. Y no me equivoqué, pero me miraba extrañada.

—¿Por qué me miras así?

—¿Papeles urgentes que rellenar? ¿no tienes una excusa mejor?

—Estoy hablando enserio, no es una excusa.

—Tú sabrás. Tengo que irme, nos vemos mañana.

(...)

Recogía las pocas pertenencias que tenía, o al menos lo que encontraron junto a mí el día en que toda mi vida cambió. Estaba enfadada y a la vez triste. Sasuke no había aparecido, y la inspectora llegaría en diez minutos. No había venido a despedirse y aquello, por alguna razón, me dolía.

Fue el primero en estar siempre ahí apoyándome, dándome ánimos, y cuando más lo necesitaba no aparecía.

—¿Tienes todas tus cosas listas, Sakura? —dijo Konan entrando.

—Sí, tampoco es que tenga gran cosa, pero esta todo —me senté en la cama y ella hizo lo mismo.

—Te echaré de menos, sobre todo nuestras charlas en mis ratos de descanso.

—Yo también te echaré mucho de menos Konan, eres lo más parecido a una amiga que he tenido aquí.

—¿Lo más parecido? —dijo fingiendo enojarse—. Soy tu amiga Sakura, siempre estaré para lo que me necesites —me extendió un trozo de papel con un número de teléfono—. Llámame si necesitas cualquier cosa.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude aguantar más. La abracé.

—Gracias por todo Konan —nos soltamos del abrazo.

—¿Ha venido Sasuke ya a despedirse?

—No, supongo que no le gustan las despedidas —sonreí triste.

—Supongo que no, ven te acompaño abajo.

Bajamos por el ascensor hasta llegar a recepción, estuvimos esperando un par de minutos. Una sensación extraña recorrió mi espalda, me di la vuelta lentamente y lo vi, a tres metros de mi vestido con ropa casual. Cuando no tenía su bata de médico parecía una persona completamente distinta.

—Has... has venido —dije casi sin poder hablar.

—Sí, he venido para llevarte a casa Sakura —mis ojos se abrieron como platos.

—¿A casa?

—Lo he meditado mucho créeme, no ha sido una decisión que tomara de la noche a la mañana. Y después de escuchar la conversación que tuviste con la inspectora... decidí que debía hacer algo, no pude quedarme de brazos cruzados, por lo que pedí tu custodia como tu tutor. Ahora estas a mi cargo. Espero que no te importe, pensé que soportarías mejor el vivir conmigo que el vivir allí en...

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