Capítulo 13

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A la mañana siguiente me desperté agotado. Ni si quiera había podido descansar un poco, y es que era como para descansar.

Hace unas horas me encontraba dando vueltas como un león enjaulado dentro de mi despacho. Estaba demasiado ansioso por saber los resultados. La puerta sonó y Nomura entró con un papel en la mano.

—¿Dónde está la chica? —preguntó desde el marco de la puerta.

—La mandé a su casa. No soportaba más su presencia en este hospital. ¿Lo tienes?

La cara de Nomura se afligió un poco.

—No hay muy buenas noticias, Sasuke

Joder, aquellos resultados no paraban de rondar por mi cabeza. Natalie no me mintió, estaba embarazada. ¿Cómo pude haber sido tan estúpido? ¿Cómo pude dejar llevarme así aquella noche? No me desagradaba la idea de ser padre, ¡Pero no con Natalie!

Por fin logré levantarme de la cama y fui hasta el baño para darme una ducha y relajarme un poco, aunque fuera. Al salir, encontré a Sakura en la mesa desayunando una taza de leche en pleno silencio. Como vi que no me dirigió ni una simple mirada, imaginé que este sería un día como otro cualquiera, en el que lo único que había entre nosotros era el silencio.

Anduve hasta el frigorífico y saqué el cartón de leche para prepararme un chocolate.

—No te molestes, ya lo tienes en el microondas. Solo tienes que calentarlo unos minutos — sorprendido, miré dentro del aparato y, efectivamente, allí estaba.

Fruncí el ceño confuso.

—Gracias —fue lo único que supe contestarle.

Después de calentarlo, me senté justo en frente de ella.

—Tenemos que hablar —soltó de pronto Sakura.

Aquella mañana me estaba sorprendiendo en demasía. ¿Qué fue lo que había hablado Konan con ella para que cambiara de actitud tan abruptamente?

—Tú dirás...

—Creo que debemos llevarnos bien. Tanto por tu bien como por el mío —me quedé mirándola sin decir nada—. Sé que has estado mal en el trabajo y sé que ha sido por mi culpa. Por nuestra disputa... —agachó la mirada— Yo... yo no quiero estar así contigo Sasuke, has cuidado de mi todo este tiempo, me has dado un hogar, me has alimentado y aun cuando ya no tienes obligación de hacerlo ya que cumplí la mayoría de edad, sigues ahí.

Se paró un momento para coger aire.

—Siento como me he comportado estas últimas semanas, pensarás que soy una niña pequeña —rio amargamente. Yo solo le contesté con una sonrisa sincera.

—No, no lo pienso Sakura. Pienso que eres una chica valiente al enfrentarse a algo tan importante tu sola y tan joven —mi mano, sin yo ordenarlo, se movió por si sola y cogió la mano de la pelirrosa—. Te lo he dicho mil veces, cuido de ti porque me importas.

Sakura alzó la cabeza sorprendida.

—S-Sasuke... —una lágrima calló por su mejilla hasta perderse por su cuello—. G-gracias.

El tiempo pasó demasiado rápido desde aquello. Sakura y yo volvimos a estar como siempre desde aquella conversación entre nosotros. No volví a saber nada de Natalie hasta entonces. La verdad es que no quería saber nada de ella, pero tampoco sabía qué hacer con aquel bebé que venía de camino. Le pedí tiempo para pensarlo, por lo que le prohibí que me llamara. La muy zorra había decidido tenerlo, y yo sabía el motivo de aquella decisión, y tenía el cabello rosado.

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