Capítulo 2

637 48 7
                                    

Dos días. Dos días habían pasado desde que le habíamos suministrado la morfina a Sakura, y aún seguía dormida.

—Aún pienso que te pasaste con la morfina Konan —le dije bromeando.

—Soy una profesional, sé que cantidad de morfina necesito para que alguien se duerma en pocos segundos —me contestó inflando las mejillas.

—No lo dudo, ¿pero seguro que era para que se durmiera en segundos o para que durmiera durante toda la vida? —miré sus ojos y estaban que lanzaban rayitos azules. No pude contener la risa.

—Está bien, está bien, ya paro.

Aunque era verdad que seguramente, dormida sufriría menos que despierta. Volver a encontrarte con la realidad de frente no era fácil.

—Avísame si despierta —le dije a Konan antes de marcharme a visitar a otros pacientes. Algunos de mis pacientes recibieron el alta y me alegraba por ellos, otros aún tendrían que quedarse un poco más.

Me fui a mi consulta cuando hube terminado, miré algunos expedientes y sin querer encontré el de Sakura. Me detuve a leerlo de nuevo, digo de nuevo porque lo había leído infinidad de veces, y aun me seguía siendo terrorífico lo que había escrito en esos documentos. ¿Cómo una persona podía ser tan cruel y despiadado?

Mi puerta en aquel momento sonó —Pasa —ordené.

—Sasuke —dijo Konan—. Sakura ha despertado.

Me levanté deprisa de mi silla y nos dirigimos hacia la habitación 23-14.

—¿Esta tranquila?

—De momento si, parece que aun esta algo adormilada por eso mantiene la calma.

Bien, porque no descartaría un paro cardiaco si vuelve a ponerse de ese modo.

La puerta de su habitación estaba cerrada. Llamé antes de entrar, pero no recibí contestación, así que entré. Ella estaba allí con la mirada perdida en el techo, respirando lenta y suavemente.

—Hola Sakura —dije lo más suave que pude. Ella giró su rostro hacia mí, tintado de una tristeza y melancolía que en mi vida había visto —. Soy el doctor Uchiha —me puse a su lado en la cama— ¿Cómo te encuentras? —pero no recibí respuesta alguna—. Supongo que ahora mismo no tienes ganas de hablar, es comprensible. ¿Tienes algún familiar cercano con el que podamos contactar?

Silencio, esa siguió siendo su respuesta.

—Está bien, no te agobiaré más. ¿Ves a esta chica de aquí? —dije refiriéndome a Konan— ella será tu enfermera, si necesitas cualquier cosa ella te ayudará. No dudes en llamarla para lo que sea, ¿de acuerdo?

No contestó a ninguna de mis preguntas, suponía que aún estaba asimilando todo lo que le había pasado. —Yo vendré a verte mañana por la mañana —le dije antes de irme. Por los menos había despertado.

A la mañana siguiente, como bien le había dicho, fue a la primera paciente que fui a visitar. Cuando entré, estaba viendo la televisión. Estaba igual de demacrada que el día anterior.

—Buenos días —salude— ¿Cómo te encuentras hoy? —ni si quiera movió sus ojos para mirarme. Yo suspiré, aquello iba a ser difícil.

—¿Quieres que hablemos de lo que ocurrió, Sakura? —al decir eso, sus ojos se fijaron en los míos. El mismo deje de tristeza reinaba en sus ojos verdes.

—Soy tu médico, puedes contarme lo que sea —pero me di cuenta, de que su mirada hablaba por ella. Dolor, sufrimiento, soledad... así era como se sentía, y prefería no hablar lo con nadie —. Nosotros estamos aquí para ayudarte, recuérdalo, ¿vale?

Tutor LegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora