XV

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Jack y yo suspiramos cuando la puerta se cerró.

-Lamento lo de ahorita, estaba estresado- dije caminando hasta sentarme en sus piernas escondiendo mi rostro en su cuello.

-Lo sé y también sé que me pase un poco, no debí convencerte de hacerlo aquí, es poco profesional- murmuró y dejo un beso en mi cabeza antes de darme unas palmadas en los muslos -Venga a hacer papeleo y ahora de verdad, que aún nos faltan muchas horas de servicio- asentí y me senté de modo que le diera la espalda a él, enseñando mi culo -Joder, acomodate más hacia adelante no vaya a ser que se me vuelva a parar- reí y me senté en sus rodillas.

Después de más de 6 horas de hacer papeleo terminamos todo, estábamos exhaustos, hubieron atracos y varios oficiales salieron de servicio mientras otros entraron, el turno de la tarde acababa de terminar y empezaba el de la noche, más de una vez nos turnamos para salir y sacar un café para mantenernos despiertos ya que la ronda de sexo que tuvimos antes nos cansó. Estaba el seguro de la puerta puesto así que tenían que tocar para entrar a la oficina, me daba tiempo de cambiar de lugar para que no nos vieran en una posición tan... Comprometedora.

(...)

Salimos a patrullar, cenamos en un restaurante de 24 horas, fuimos a varios atracos y por fin llegó la hora de descansar, estábamos casi muertos y nos movíamos por inercia, nos turnabamos quien manejaba para que al otro le diera tiempo de pegar el ojo así sea unos 5 minutos.

Llegamos a comisaría y salimos de servicio, eran las 6 de la mañana, no nos daba tiempo de ir a casa, el turno de la mañana empezaba a las 8:30, teníamos 2 horas y media para descansar y no las íbamos a desperdiciar, anunciamos nuestro descanso en la radio y no fue raro para ellos que descansaramos en la misma habitación ya que usualmente así era cuando teníamos que durar mucho tiempo en servicio, el solía dormir en su silla y yo en el sofá, así era... Antes.

Apagamos todas las luces y cerramos todas las ventanas dejando la habitación a oscuras, cerramos la puerta con pestillo y nos acostamos en el sofá abrazados mientras nos cubriamos con una manta.

Despertamos por el sonido de la alarma, ya eran las 8:20 y teníamos 5 minutos para ducharnos y otros 5 para cambiarnos y entrar de servicio, una puta pesadilla.

Bajamos y como era de esperarse no habían oficiales, solo los que acababan el turno de la madrugada y se iban.

Nos metimos a las duchas y con naturalidad nos duchamos, al salir a los vestuarios para cambiarnos vimos a aproximadamente 9 policías allí cambiándose, para nosotros fue completamente normal y seguimos nuestro camino hacia los casilleros.

-Buenos días superintendente, comisario- dijeron varios al unísono.

-Priviet-

-Buenas Supernenas-

-Veo que paso una buena noche- hice una mueca de disgusto y miré la espalda de Conway, efectivamente estaba lleno de mis rasguños, mierda.

-Que coño hablas?- dijo Conway al voltearse.

-Mirese la espalda, parece que se peleó con un puma- rieron algunos.

Jack se miró la espalda y frunció el ceño antes de mirarme y fulminarme con la mirada.

-Agh, déjalo, son solo raspones-

-Si y a usted comisario, tiene sanguijuelas en su casa o...- me mire al espejo y note chupones en mi cuello, esta vez fui yo el que miró mal al Jack disimuladamente.

-Porque no se van a trabajar y dejan de meterse en lo que no les importa?- murmuró Horacio quien acababa de llegar, los demás agentes no le dieron importancia y siguieron hablando entre ellos mientras nosotros terminabamos de vestirnos.

-Buenos días Comisario bombón- dijo Horacio dejando una caricia en mi espalda.

-Priviet, ya sabe lo que le dije antes Pérez- murmuré molesto.

Le resto importancia y siguio caminando -Buenos días super- Conway asintió como saludo.

-Buenos días Comisario bombón- dijo Conway cuando salimos de los vestuarios con voz chillona.

-Deje los celos de un lado Conway- reí.

Adelanto del próximo capítulo: Declaración.

𝐀𝐔 𝐕𝐎𝐋𝐊𝐖𝐀𝐘 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora