C A P I T U L O 10

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BAKUGO



Mi pequeña extra me tenía completamente impresionado. De vuelta en mi habitación, la ayudé a sacarse la ropa ensangrentada, dejándola caer en una sucia pila a sus pies. Pensé en ella mientras ayudaba a las personas heridas. La forma en la que hábilmente salvó la vida de Yaoyorozu había sido intimidante, estimulante e intensa.

La vara de la unidad médica no hubiese sido capaz de enfrentarse a una herida de ese tamaño. Las habían creado para pequeños cortes y raspaduras, para cosas que no necesitaran el uso completo de las unidades de regeneración. El enfermero Jun no había sido capaz de ayudar a Yaoyorozu. Las personas no solían morir en My Hero Academia por esa clase de herida que Yaoyorozu tenía. Teníamos herramientas que podían resolver la mayoría de las emergencias de forma rápida y eficiente. En este caso en particular, combinando la locación remota y otros factores, las herramientas no hubiesen tenido efecto. Lo que se necesitaba eran las habilidades que Hayami tenía, eso era lo que nuestros médicos debían aprender. El ondear dispositivos médicos alrededor solo ayudaba hasta cierto punto. Quizás esto era un tema para el consejo elite. Si las prácticas habilidades de Hayami podían salvar de la muerte a una persona en My Hero Academia, entonces valía la pena enseñárselas a nuestros técnicos médicos.

Le abrí la puerta de la cápsula de baño a Hayami y programé la unidad para que ejecutara el ciclo de limpieza completo. — Recuerda cerrar los ojos —le murmuré, recordando la primera vez que había usado la máquina y que no había sabido qué hacer. Había sido una experiencia atemorizante para ella. Ella me había dicho la forma que se bañaban en su dimesión y, si bien era arcaica y demasiado antigua, la idea de pasar mis manos enjabonadas por su cuerpo desnudo me ponía la polla dura—. La sangre se saldrá y estarás limpia sin necesidad de frotarte.

Esta vez se había comportado de forma mucho más dócil, una mezcla de familiaridad y de cansancio.

Yo había luchado muchas veces y recordaba la sensación de la tensión en el aire. Las apuestas altas. Era la vida o la muerte y el flujo de la adrenalina en mi sangre me mantenía casi drogado por horas. Luego, se desvanecería y me sentiría drenado, como si la unidad de baño me hubiese quitado mi energía.

Si bien Hayami no había estado en un enfrentamiento, ella había estado perfectamente segura junto a los guardias a su alrededor y junto a mí, tuvo una reacción similar. Había ayudado a los demás y ahora me tocaba a mí cuidar de ella.

Una vez finalizado, salió de la unidad de baño sin una sola gota de sangre encima. Su belleza era impresionante. Su mente, su inteligencia era impresionante. Ahora me encontraba más maravillado por mi pareja que antes.

—Quédate quieta, mi pequeña Extra.

Tomando mi cadena, cuidadosamente desaté los eslabones que estaban unidos a los aros en los pezones, primero de un lado y después del otro.

Ella me observó, para luego alzar la mirada y fruncir el ceño.

—¿Por qué haces eso? ¿Me... vas a regresar? —El miedo drenó todo el color de sus mejillas.

—Oh, mi pequeña Extra, no. —Acaricié esa suave y pálida piel con mi dedo —. Quiero adornarte de otra manera. Me has complacido hoy. Me hiciste verte a ti... a mí... de una forma totalmente diferente.

Tomé su mano y la llevé a mi cama, la hice sentarse en el medio sobre las mantas y almohadas. Levantando la tapa de un pequeño baúl junto a la cama, saqué las gemas y las sostuve frente a ella.

—Sé que no estás familiarizada con mis costumbres personales y que sería muy descabellado en tu mundo, mi forma de pensar, pero aquí en My Hero Academia, sobre todo el héroe elite de esta ciudad desea adorna a su pareja con joyas un tanto diferentes.

LA NOVIA DE BAKUGOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora