Yano Hiroko.
Edad: 26 años.Una sala privada solo para ellos dos, comida bastante elegante, escuchando música con un tono romántico, pétalos de rosas en el suelo, la voz de aquel hombre era una dulce melodía para la fémina quien encantada estaba de estar con aquel pelirosa con cicatrices a los lados de sus labios.
~¿Quieres bailar, mi reina?.— Sanzu le extendió la mano y gustosa lo acepto.— Claro que si, mi rey.— En ese momento no importaba nada más que solo ellos, no querían saber del mundo exterior, de la aberraciones que sucedían o tan siquiera de sus trabajos pero al parecer esa noche no sería el caso.
~Lo siento por interrumpirlos pero el jefe quiere ver a la señorita Yano.— Sanzu volteo a mirar a aquel hombre con una cara de desagrado mientras Ran se reía de verlo así.— Enseguida voy y Ran deja de hacer eso o te meto a la cárcel.— Hiroko le dió un beso a Sanzu para dejar la sala.— Me pregunto que vio, Yano en ti.
~Estamos juntos desde que somos adolescentes, le he dado todo lo que puedo a mi reina y no le ha faltado nada.— Dejo la sala y Ran iba detrás de él.— ¿Por qué no te ha dejado?, La verdad yo no podría estar con alguien desde mi adolescencia.— Sanzu estaba por poco y lo golpeaba.— Porque eres un maldito mujeriego, por eso no puedes Ran.
La fémina ya venía de regreso y tomo la mano de Sanzu.— Siempre has sido tan graciosa, Yano.— La chica le sonrió para luego mostrarle el dedo de en medio.— Lo se, nos vemos Ran, ¿A dónde quieres ir ahora cariño?.— En realidad Sanzu no quería salir más y solo quería llegar a casa.
~A casa.— Fue lo único que dijo así dirigiéndose hacia el coche, a Hiroko le extraño su respuesta ya que era su noche "libre" pero si era lo que quería Haruchiyo estaba bien para ella, no desaprovecharía la oportunidad.
[...]
Haruchiyo estaba recostado en los pechos de Hiroko, le gustaba estar ahí y amaba sentir como respiraba la fémina, quien estaba acariciando las hebras rosas del hombre.— Hiroko, ¿Por qué sigues conmigo?.— A la fémina se le hizo extraño que le preguntará eso, ya que antes no caía a la provocaciones de Ran.
~Porque te amo y me haz cuidado como lo más valioso en tu vida, no puedo verme con otra persona haciendo lo que hago contigo, eres mi lugar seguro cuando siento que todo se derrumba.— Tomó el rostro de Haruchiyo entre sus manos para dejar un suave beso en sus mejillas.
Sanzu se puso encima de ella, dejándose caer suavemente para no lastimarla, amaba a aquella mujer en la que se había convertido, seguía siendo su reina y la mujer con la que quería pasar el resto de sus días, esa ves dónde la llevo consigo lejos de aquellas personas que no creían en ella, se lo prometió, prometió protegerla de cualquier mal y darle todo lo que necesitara.
[...]
~Recuerda, está noche pasaré por ti, no tengas miedo amor mío porque te daré todo lo que necesites, comida y un techo no te harán falta, ¿De acuerdo, Hiroko?.— Sanzu la había ido a buscar a la salida de su escuela, así que aún portaba el uniforme.— Haru-chan, te amo y gracias por hacer esto por mi, estaré esperando por ti.— La tomó de la cintura y la beso.
~Ve a casa, escaparemos juntos de esto.— La chica se despidió de él dirigiéndose a su hogar, sonaba algo irreal del que por fin dejaría esa casa donde solo eran abusivos con ella, la presión que ejercian en ella solo por ser la única chica en el hogar era demasiada, pero tan solo conoció a Haruchiyo y cambio todo.— ¿Que haces?.
Su hermano apareció por la puerta.— Mi tarea, ¿Tu no deberías irte a trabajar?, Mamá se enojara...— Ni siquiera la dejo terminar, había arrojado sus cosas al suelo.— ¿Crees que no se que planeas en unos minutos?, Eres una fácil y ese chico solo te prometió eso para tener sexo contigo, cuando esté satisfecho te dejará botada.— Lo único que escucho la chica fue algo cayendo al suelo.
~No le hables así a mi novia, ¿Acaso tu madre no te enseño a respetar a las mujeres?.— Ni siquiera Hiroko supo como entro al hogar.— Hola mi princesa, es hora.— La fémina tomó su mano y la mochila que tenía un par de cosas de ella, había dejado un par de cartas a su familia.— Lo siento cuñado pero no debes de hablarle así a las mujeres.—
[...]
Estaba sintiendo aún las caricias de la fémina en su cabello, Hiroko lo había visto hasta en sus peores facetas, drogado o borracho, aún así Sanzu solía mantenerse alejado cuando se encontraba así, no quería lastimarla o hacer algo que ella no quisiera, siempre la había respetado, la ayudo a seguir con sus estudios.
La ayudo en hacer lo que ella más amará, la ayudaba en las cosas que el podía y la amaba más que a nada, la admiraba y admiraba la determinación de ella al hacer algo, nunca dejaba nada a medias y si Sanzu dejaba algo a medias ella lo terminaba.— Yo te amo demasiado mi bella Hiroko, espero que podamos casarnos pronto.
Empezó a repartir besos en todo su rostro mientras la fémina solo sonreía.— Haru-chan, eres lo mejor que me ha pasado, hay que casarnos pronto.— Se dieron un beso apasionado, eran lo que más amaban y nadie podía negarlo, quien tocará a la reina de Haruchiyo se podía decir que ya estaba muerto en ese mismo instante.
Nadie podía hablarle sin el permiso de Haruchiyo, nadie podía mirarla, quienes no conocieran esas reglas estaban muertos aunque había excepciones con los miembros de Bonten, aunque hubiera querido mantenerla lejos de ese mundo no tuvo opción y la adentro, no hacía demasiado así que no había tanto problema.— Eres quien reinará mi corazón hasta que yo muera, preciosa.
Dejo un beso en su mano, el cual portaba el anillo de compromiso, tan elegante como ellos.— Digo lo mismo, cariño.
ESTÁS LEYENDO
𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔 ఌ𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 𝑹𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆𝒓𝒔 𝒙 𝒇𝒆𝒎𝒓𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓ఌ |HIATUS|
FanfictionLos personajes de Tokyo Revengers no me pertenecen, le pertenecen a su respectivo autor, Wakui Ken. Algo diferente y será el único femreader que me verán escribir