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No veo nada.

Solo siento náuseas.

Estoy atado, pero estoy en un cómodo sofá.

¿Dónde estoy?

Solo hay silencio dónde quiera o quién sabe dónde esté.

Solo recuerdo que salí de la academia y estaba agotado, había comprado unos pastelitos, los favoritos de Tae, pero...

No recuerdo nada más.

Al intentar recordar la vista se nubla en ese recuerdo.

Unas suaves caricias por mis muslos hicieron estremecer todo mi cuerpo, ¿estoy desnudo?

-¿Dónde estoy?

Sin recibir respuesta, siento otra vez las frías manos del desconocido, no eran las de mi amado.

-¿Quién mierda eres?

Nuevamente ignoró mis preguntas acercándose a mi oído, con el solo sentir su respiración cerca me dió escalofríos y horror.

-¿Toco una canción en el piano para ti?

Susurró en mi oído, esa estúpida voz que me volvió un demente.

-¿Kook? ¡Dónde mierda estoy!

Un fuerte golpe sentí en mi mejilla, me había abofeteado.

-Sh...No grites.

Sentí mis ojos humedecerse por miedo a no volver a ver a mi amado, a mi hogar.

Miedo de perder a mis amigos.

Miedo de perderme a mí.

-¿No me extrañaste?

-Ni siquiera te recuerdo.

Ahora un golpe en mis muslos hicieron que soltara un fuerte grito de dolor, no era su mano, si no algo duro.

-No me hagas sentir mal.

No quise soltar ni una sola palabra por miedo, y nuevamente lo sentí cerca de mi cara pero esta vez, con ambas manos tomó mi cara con delicadeza.

-Mi YoonGi. -suspiró.-No tienes ni idea lo mucho que te extrañé.

-Ya hice mi vida, por favor suéltame de una vez.

Otra vez otro golpe en mis muslos, ya ardía.

Comencé a sollozar sin más.
-Por favor, detente...-con voz temblorosa solté. -déjame ir, y haré como si nada pasó.

Comenzó a reír de manera burlona por lo que había dicho.

-No puedo. -comenzó a acariciar mis muslos junto con su otra mano mi cara para levantar mi mentón. -Sin antes hacerte mío.

Besos y más besos forzados por parte de él mientras YoonGi sollozaba por miedo a que lo matara.

Bajando lentamente dando pequeños besos en el cuello del más pálido mientras que el ajeno colocaba un montón de muecas.

-Min, realmente me vuelves loco. -dijo acariciando suavemente sus manos. -Tu aroma no ha cambiado para nada.

Mientras que el ajeno seguía llorando de manera silenciosa, solo caían lágrimas y más lágrimas, sabía que después de lo que vaya a suceder, se sentiría totalmente asqueroso de sí mismo.

De un movimiento brusco, Min quedó en posición cuatro, solo apretaba sus puños con mucho dolor haciéndose daño a sí mismo.

Sin aviso el ajeno ya estaba dentro del pálido, haciéndolo sangrar y gritar de dolor.

Lloraba y gritaba que por favor parara pero no oía.

Este JungKook no es igual al de sus sueños y recuerdos.

¿Estará drogado?

pensó.

De tanto llanto, escucha unos fuertes y repetitivos golpes en la puerta, hasta que al fin le quita la venda.

Estaban en un tipo de garage, era muy peculiar y tenebroso.

Lo único que logré escuchar fue un fuerte golpe y escuchaba demasiado mal, la vista se me comenzó a nublar cuándo escuché la voz de Tae gritarme de manera desesperada.

Sentí sus brazos rodearme, solo volví a llorar hasta desmayarme.

Al sentir sus brazos me sentí seguro, pero siento asco de mí mismo, me acaban de violar.

Tae, perdóname.

𝙼𝚢 𝚑𝚘𝚗𝚎𝚢 ☁︎ TᴀᴇGɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora