Desde Que Eras Una Niña. [Jeff The killer y Tu.]

Capítulo 2. El significado de mi.

Llegó el día menos preciado por mí, sobre todo mi padre me a dicho que practique mis palabras de cortesía para impresionar al que sera mi futuro esposo cuando cumpla 18, por lo cual solo falta 2 meses.

Sentada en su cama mirando el paisaje a través de la ventana, la gran luna que ilumina aquella habitación en oscuridad, la mirada desolada de la joven no tiene comparación. Solo ser utilizada para aparentar con el hijo de un gran inversionista, la mirada caída y la lágrima amarga cae rodando. No solo se siente destruida, en este momento no sé sabe cómo sentirse, atrapada en una casa enorme como celda. Y sus verdugos, lo que habitan en esta casa.

Por favor, si en verdad existe. Ayúdame para que mi alma no sufra.

—(__) debes de descansar para mañana.— La puerta se abre dejando ver la silueta de Roberto. —No tengo sueño.—

El silencio reina de nuevo, las mangas de su playera se cancha con las lágrimas que va secando. Hermoso sus ojos pero rojos se da un tenue triste. El consuelo es lo que quiere, un abrazo cálido es lo único que necesita. Las ojeras cada vez más visibles yde gran tamaño, como un cerdo para el matadero es como se siente en estos momentos.

—Señorita (__), ya es momento de partir. Su padre le aguarda en el auto.— las horas pasaron como el viento soplar. —Enseguida bajo mayor domo Shon.—

Tomo su maleta y se dirigió a la puerta pero el terror recorre su cuerpo manchando de nuevo sus mejillas. Rápido toma aliento y guarda su miedo para salir dónde su mayor domo la está esperando.

—Que tenga buen viaje señorita.—dijo mostrando respeto mientras subía al auto que los dejaba en el aeropuerto. —Cuiden la casa en lo que estábamos fuera—

El recorrido es silencio, con miradas cortar la va observando para asegurar que no haga una escena de lloriqueo. Solo observar aún de madrugada, la luna y el sol querido ver, a su mente le vino un cuento sobre la noche y el día. La linda y blanca luna, el ardiente candente del sol, amantes pero solo verse por un corto periodo de tiempo. Los días de oscuridad del día y la luna roja para verse y amarse más que nunca. Imaginarse con alguien que te quiera y te preste atención a los detalles, formar momentos, locuras o ocurrencias el lo que quiere. Ser hija de alguien con dinero se dificulta ser feliz y más si te utilizarán para crear lazos.

—Tal vez, esto del amor. No es para mí.— el único que puede decir en sus pensamientos. —Ya es hora de bajar, el jet privado nos espera.—dijo tocando su cabello.

Sin tener el contacto de mirada y el habla suben a bordo. Con tal de que su padre no la moleste, le pide a la azafata que le traiga unos audífonos. Durante el viaje a Italia, la vista se enfoca en las nubes que sobrepasan y no solo le genera tranquilidad.

"Como quiera ser una nube, volando y que el viento me lleve"

El camino de 5 horas en avión era como si fuera eterno, su verdugo que esperaba en un hermoso restaurante. Al bajar del jet privado los esperaba un coche negro es, ventanas oscuras, todos discreto es lo que pidió Roberto al venir a Italia.

— (__) haz lo que siempre haces en las reuniones, por favor. Se que la niña de papá lo hará bien — dijo tocando el mentón y levantó la mirada decaída de su hija. —¿Y si no le gustó?— responde temerosa

Frunce el seño, el disgusto por el comentario. —Tu eres mi hija, eres la perfección en carne y hueso.—

La misma palabra, desde que tiene memoria. Esa palabra que antes le hacía feliz, ahora busca esa felicidad y solo la palabra la atrapa. El titere que lo usan para algo "necesario" pero días antes planeaba algo que tal vez saldría muerta de todo eso, o solo desaparecer.