Capítulo 6. Los no extraños

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Pasaba los días charlando y sonriendo con quién fue a primer amor teniendo 13 pero ocultarlo y no pensar de ello estando cercas de Slenderman, de ser así un lío se metería. Los únicos del momento qué tiene autorización de estar con ellas es, sus hermanos proxy y su gran amigo, Jeff. Pero ella queriendo conocer y de tocar el suave pastizal rozando con sus delicados pies, es de mañana del dia martes, estando acompañada de Toby ayudando a qué comiera un poco para que saliera un rato sin nadie de vista para evitar otro susto. Esta vez jeff estuvo esperando en el pasillo, no fue facil alejarlo por lo menos un rato, conoces a nuevas personas es alegria a tu alma.

~ Ticci Toby ~

Volteó mientas que estaba comiendo un plato de avena con arándanos y miel.

—Te he dicho que me digas sólo Toby. ¿Que necesitas hermanita?.— dando un sorbo a su jugó. Escribiendo despacio parando para pensar y seguir escribiendo hasta que lo mostró.

~¿Los demás son humanos como nosotros o no?.

No dejo de observar la libreta, segundo después conecto con sus ojos por la brevedad nego con solo mover su cabeza. Su expresión cambio de solo un cambio no solo mostrando confusión, era más del vacío que expreso por que no se imagina que tipo de seres son. ¿Extraterrestres? ¿Seres de otras dimensiones? ¿Demonios? ¿O experimentos fallidos?.

Terminando de comer miro a Toby detalladamente, aspecto de un simple humano como ella, es lo que pensaba. Pero, sin embargo, el brillo de sus ojos cambio como si linternas en vez de ojos, volviendo a la normalidad de un parpadeo. Mostrando una sonrisa, tomo lo usando marchando de la habitación, por la ventana se acercó con Jeff tomándole del hombro.

—Dobbiamo andare.— el volteó confundido, volteó a ver si no los estuviese observando.

— Perché?.— levantando de su asiento.

— Non preoccuparti, non sai di cosa stiamo parlando. Dubita della nostra umanità.— susurrando apenas audible, acercándose más ala ventana.

— Andiamo.— voltearon a la ventana, se alejó por qué la habían descubierto. Los pasos se alejaron hasta desaparecer por el sonido de la puerta cerrar.

Pasaron las horas, sabiendo que no tenía permitido salir de la habitación necesitaba respirar el aire puro, pero observando con mas detalle aquella habitación las delgadas perladas cortinas, tomando por ellas vio el hermoso paisaje del sol apenas saliendo de las montañas, dando luz por los huecos de los enormes pinos.

Tomando del seguro así pudo abrir la ventana, el fresco aire que recorría por todo su ser, el poco viento de la fresca mañana tocaba su palida piel el aroma a pino entraban por sus pulmones. A lo lejos veía personas de vestimenta singular portando una sudadera morada, falda negra, de calcetas con franjas rojas y negras, pero aquella persona no estaba solo, eran otras personas pero solo era Masky y Hoddie que llevaban leña cargando en su espalda. Sus ganas de saber del mundo o de donde se encontraba, estaba asustada por el tipo de personas que viven esta casa, por los pensamientos vagabundos sobre aquel payaso blanco y negro, también de la chica muerta que habló por unos cortos momentos.

~ Ellos puede que no sean humanos.~

~¿Y si Soy como ellos?.~

Tomo el porche asegurando por ambos lados, entre pasos lentos pegada en la pared atemorizada pero su curiosidad es más fuerte que ella. La puerta se abrió de un rechino, trago saliva con respiración agitada lentamente la abrió y con suavidad la cerró. La enorme sala de estar era un poco vieja, el tapis pegado en la pared callendo a pedazos, la chimenea vieja de ladrillo, el amueblado se veía que el tiempo pasó muy rápido en ellas. El enorme comedor de madera buena como la que tenia en su antigua casa pero era más grande con más de 50 sillas en ella. El candelabro parecido de hace siglos como aquellos monarcas de la antigüedad, podría asegurar que la casa era más grande que antes vivía. Al lado, una puerta un tanto grande que era la cocina, la expectativa de ser grande pero no era así. Una gran alacena con un suministro para muchas personas, una estufa pequeña pero decente, ella pensó, pequeños estantes con comida enlatada, cereales, entre especias para dar el sabor en la comida. Lo más impresionante es que había un enorme nevera de dos puertas, era un poco pequeño el espacio pero era cómodo. A pesar de eso, una pequeña mesita para 6 personas entraba perfectamente.

Desde Que Eras Una Niña. [Jeff The killer y Tu.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora