capítulo 7.

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si hay algo que changmin detestaba era no estar distraído.

¿distraído con qué? se preguntarán.

pues había miles de cosas que changmin haría para no encontrarse con sus pensamientos y el descomunal malestar que le causaba simplemente pensar, en él mismo y en su vida. y en este nuevo problema que se había presentado en su vida, que de casualidad tenía una cara bonita, un cabello azabache, ojos intensos. lee juyeon.

ya había hecho de todo. había visto una película, unos capítulos de algunas series tontas, había jugado al uno contra sí mismo y hasta había hecho ejercicio. todo eso en tres horas; pero nada había hecho que deje de pensar en él.

ya era de noche y seguro no faltaba mucho tiempo para que ambos de sus padres llegaran.

apenas pensó en eso, un ruido de motor de auto lo sacó de sus pensamientos. se levantó de su cama tan rápido como pudo y corrió hacia la sala, asomó su cabecita por la ventana y pudo ver a juyeon abriendo la puerta del copiloto para su madre, luego la ayudó a bajar. si que era todo un sueño.

como vestía, su personalidad, su cara, su auto, era un sueño de hombre.

los ojos de changmin recorrieron al mayor sin ninguna vergüenza, hasta llegar a su cara, notó que esos pares de ojos intimidantes también lo veían a él. pero con una sonrisa en el rostro.

juyeon levantó su mano y lo saludó levemente. changmin soltó un grito ahogado y cayó al piso, detrás de la puerta.

¡estúpido, estúpido, estúpido! juyeon había visto como, literalmente, se lo comía con la mirada.

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𝘿𝙀𝙎𝙀𝘼𝙍𝘼𝙎 𝘼𝙇 𝙃𝙊𝙈𝘽𝙍𝙀 𝘿𝙀 𝙏𝙐 𝙃𝙀𝙍𝙈𝘼𝙉𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora