capítulo 22.3

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los cuatro cuerpos que hace unas horas estaban apilados detras de las gradas ahora se encontraban tirados en el sillón de la casa ji, disfrutando de una película y la ausencia de los padres de changmin.

—changmin, ¿sabías que te pareces a una mandragora?

—y tu te pareces a dobby el elfo doméstico, eric.

todos se miraron entre sí y volvieron a reír, prestaron atención a harry potter —alguna de las siete— en la televisión. solo se escuchaban los ronquidos de jacob, quien se había dormido porque según él, jamás había visto una película tan aburrida.

casi cerca del final y el sol dejando de alumbrar la sala, eric y kevin jugaban con la cara de jacob, poniendo dulces y apilando cosas sobre el pobre chico. hasta que el timbre sonó y alertó a los cuatro.

—yo no voy.

—changmin, es tu casa. —dijo kevin.

—que yo no voy. —changmin abrazó más al almohadón y se dejó tragar por el sillón.

eric suspiró y saltó el respaldo, abrió la puerta y casi se cae de culo.

—¡RATA PELIRROJA, TE BUSCAN!

todos se dieron la vuelta pero no pudieron ver a quien se encontraba detrás de la puerta.

—espero que no estés refiriéndote a mi. —dijo changmin, quien volvió a darse la vuelta para prestar atención a la película.

—pero claro que me estoy refiriendo a ti.

changmin suspiró y acomodó su ropa entre casa, se refregó los ojos y peinó su cabello hacia atrás. al llegar a la puerta se encontró con la figura de aquel empresario que tanto le encantaba.

observó desde sus pies con zapatos que seguro costaban más que su casa, seguido de unos pantalones y una camisa con un abrigo, su cabello bien peinado además de unas lindad gafas que hacían que se viera extremadamente tierno. juyeon tenía sus manos detrás de su espalda.

un gran escalofrío recorrió todo el cuerpo de changmin, se acercó un poco más y entrecerró la puerta detras suyo.

—¿qué haces aquí? —preguntó, tragó y mordió el interior de su mejilla, no quería sonreír y demostrarle que jamás iba a superarlo. se sentía como si hubiera pasado una eternidad desde que lo había visto, una eternidad desde que esa misma mañana había dicho que debería intentar vivir sin juyeon en su vida. se sentía una eternidad desde que había decidido dejarlo ir.

juyeon sonrió. la voz de changmin hizo que su corazón diera un gran vuelco.

—bueno, pasaba por aquí cerca. —su voz tembló y sonrió, su piel pálida rápidamente tomó color como si hubiera estado bajo el sol, comenzó a balancearse sobre sus pies. jamás había sido bueno para mentir. —quise ver como estabas.

—¿cómo estoy? bien supongo, te invitaría a pasar pero están... mis amigos adentro. —changmin juntó sus manitas a causa de los nervios.

—ah si, ya los vi. —juyeon rio y sus ojos viajaron hacia la ventana vertical que había al lado de la puerta.

estaban los tres chicos con las cabezas pegadas al vidrio, saludaron con sus manos y grandes sonrisas. luego se pudo ver como eric empujaba la cara de jacob contra el vidrio, riendo y haciendo escándalo. changmin se dio la vuelta golpeando su frente con la palma de su mano, tenían un total de cero neuronas.

—yo en realidad... —juyeon aclaró su garganta y sacó sus manos detrás de la espalda dejando ver una caja ancha y baja, de color negro. tenía el logo de alguna marca que changmin no pudo reconocer. —esto es para ti, quiero que lo uses esta noche.

𝘿𝙀𝙎𝙀𝘼𝙍𝘼𝙎 𝘼𝙇 𝙃𝙊𝙈𝘽𝙍𝙀 𝘿𝙀 𝙏𝙐 𝙃𝙀𝙍𝙈𝘼𝙉𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora