capítulo 28

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si alguien pudiera ver a través de los vidrios polarizados del auto último modelo... serían la vergüenza del país.

cantando a todo pulmón alguna canción que pasaban por la radio, la voz aguda de changmin se mezclaba con la grave de juyeon. el mayor conducía mientras que el pequeño movía solo los brazos en un intento de baile. se sentía lo suficientemente cómodo con su novio como para hacer el ridículo inconscientemente.

changmin había tenido un casi ataque de nervios al tener que volver a su casa —a donde estaban yendo en estos momentos— pero juyeon descubrió aquella forma para distraerlo un poco de lo que fuese a pasar en la casa ji.

esta vez juyeon detuvo el auto un poco más cerca de la casa ji, unas dos casas de distancia. veía con preocupación, mientras al mismo tiempo mordía su labio inferior a causa de los nervios. juyeon suspiró y dudó en si volver a llevarlo al departamento, tener que dejas changmin solo y en ese estado le partía el corazón en un trillón de pedazos.

—changmin.

—¿si? —volteó a su novio y lo miró con grandes ojos cristalizados.

—¿sabes que  todo va estar bien? ¿sabes que no tienes que hacer esto si no quieres, no?

changmin sorbió su nariz y sonrió como pudo.

—voy a estar bien. —se dio la vuelta y tomó su mochila del asiento trasero.

—¿me lo prometes?

—si sigues preguntando cosas voy a comenzar a replantearme todo. —lo sonrió. —pero sí, lo prometo.

changmin se acercó a juyeon y admiró su rostro por un par de segundos, sintió su piel erizarse cuando sus labios con los del mayor y este los atrapó. sonrió al sentir la presión de los del mayor sobre labio inferior. juyeon se separó de él, mirándolo, observando los detalles de su cara. le dio un pequeño besito en la nariz.

changmin sonrió y le dio un beso fugaz, para luego bajar del auto. apoyó sus manos en sus rodillas dejando su cara a la altura de la ventana baja del copiloto.

—repíteme en que quedamos.

—si pasa algo te llamo y vienes, si no puedo llamarte, voy a tu casa. —changmin habló con una sonrisa repitiendo todo lo que juyeon le había dicho por si las cosas salían mal con su madre.

—bien, ve, te amo.

—también yo.

changmin se dio la vuelta y comenzó a caminar a paso lento, juntó sus brazos sobre su pecho y acarició la suave tela del sweater rojo que juyeon le había dado. colocó la capucha sobre su cabello y nuevamente, se abrazó a sí mismo.  el aroma de la colonia de ahora, su novio, lo hizo sentirse más tranquilo.

abrió la puerta de su casa y fue recibido por el silencio, debió esperarlo cuando no vio ninguno de los autos de la familia estacionados en el garaje. se sacó los zapatos y caminó hacia el sillón donde se sentó y prendió la televisión para escuchar algo y sentirse acompañado. contestó mensajes de sus preocupados amigos y algunos de juyeon acababa de dejar, recordándole que lo llamara si algo llegaba a pasar. era insistente, demostraba que lo quería y eso a changmin le encantaba.

—que suerte que viniste. —se sobresaltó y levantó la mirada para ver a su madre recién cruzando la puerta, la mujer le dio una sonrisa y sacó sus zapatos apresurada para caminar rápidamente a su hijo y darle un cálido abrazo, quien sonrió.

—¿dónde está papá? —preguntó changmin algo preocupada, tenía miedo de que el hombre fuera  cruzar la puerta en cualquier segundo y la situación de la noche anterior volviera a repetirse, y esta vez, temía que fuese peor.

𝘿𝙀𝙎𝙀𝘼𝙍𝘼𝙎 𝘼𝙇 𝙃𝙊𝙈𝘽𝙍𝙀 𝘿𝙀 𝙏𝙐 𝙃𝙀𝙍𝙈𝘼𝙉𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora