3- Mi obsecion contigo

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El camino fue tan callado que podía escuchar nuestras respiraciones, y una vez llegamos, traté de salir del coche como Dios me ayudara. Pero al estar afuera, me tambaleé. Escuché la puerta del lado de Jacob cerrarse, y él se acercó a mí.

- ¿Estás bien?

"No lo estoy", quise decir, pero un estúpido "S-sí" salió de mis labios.

Jacob me ayudó a entrar, sosteniéndome. Él ya sabía que no estaba para nada bien. Si me dejan, me acuesto aquí mismo en el suelo. Jacob cerró la puerta detrás de nosotros, y subimos las escaleras hasta llegar a mi habitación.

¡JODER! ¡Está en mi habitación! Me senté en la cama, y él me ayudó a quitarme los enormes tacones. Se veía tan sexy de rodillas que mi mirada no se despegó de él. Sus manos tocaron mis piernas tan delicadamente... ¡Dios! ¡Me mata!

- Acuéstate y, si te sientes peor, me llamas o a Gadiel.

Asentí, y él se dio la vuelta para irse, pero...

- Espera.

Él volteó, y yo tomé fuerzas de donde no las tenía, levantándome y dirigiéndome a él. Estaba tan cerca de su hermosa cara, quería ver su reacción, pero su rostro estaba normal, como si nada estuviera pasando.

A veces es demasiado serio, pero me fascina.

- Y-yo... - Él esperaba que le dijera algo, pero mis palabras se trabaron. Mi única salida fue acercarme más, tal vez así él sabría lo que siento, pero él me detuvo, posando una de sus hermosas manos en mi pequeña cintura y alejándome un poco.

[¡Qué vergüenza!] ¿Acaban de rechazarme?

- ¿Qué crees que haces? - preguntó fríamente y serio.

¡Mierda!

- ¿Por qué no te gusto? - solté sin más, y él me miró extrañado.

- ¿Y por qué deberías gustarme? —Es oficial, damas y caballeros, más vergüenza no pude haber pasado. - Estás borracha; deberías dormir.

¡Aquí es cuando mi ira y mis emociones salen a flote!

- ¡Bien! Creeré que nada de esto ha pasado, en mi casa, ¡en mi cuarto y contigo! - dije con la vergüenza en la cara.

- Escucha... - lo interrumpí.

- ¡No! Solo olvídalo, esto no pasó y nunca tuvimos esta conversación. - Dije dándole la espalda, y él suspiró, pero se dirigió a la puerta nuevamente para tratar de salir.

¿Y bien, qué diablos acaba de pasar? ¿Me dejará, así como si nada? ¿Qué haré cuando tenga que verle la cara? ¿Qué pensará él de mí después de esto?

¡Literalmente, solo a mí me pasan estas cosas! Pero la pregunta es... ¿Dejaré que quede así? ¿Como una tonta? ¡No, claro que no! Sobre mi cadáver. Jacob estaba a punto de desaparecer de mi vista cuando... lo jalo levemente, haciendo que se voltee. No sé de dónde saqué tanta seguridad para hacer esto, y sin previo aviso, lo tomé del cuello y acerqué mis labios a los de él, provocando un beso lleno de emociones para mí. Era cálido y deseable, tanto así que no quería separarme.

Pero quien diría que "Ese beso fue... su fin".

Jacob estaba completamente inmóvil, pero después fue moviendo sus labios junto con los míos, subiendo la intensidad. Me aferré a él, y este me agarró de la cintura, haciendo que me pegara más. Mi corazón iba tan rápido que mi respiración se descontrolaba, mi borrachera le quedaba pequeña a esta droga de deseo, esa vibra que me producía este hombre que me volvía loca, era simplemente lujuriosa. Él seguía apretándome más, mi abdomen bajo hacía contacto con su duro miembro, que con los segundos sentía que se hacía más grande. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Nunca en mi vida había tenido contacto con un hombre de esta forma. El beso seguía siendo seximente bueno, no quería que se despegara, lo quería justo así, cómo está conmigo.

Andromeda ⒸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora