17.- Colón

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Flavia: "Colón".

Javiera miraba la estatua con semblante serio e interrogante.

Javiera: "No sé porqué pero pensaba que en Barcelona no habría un monumento dedicado al Genocidio Americano".

Flavia: "Fue erigido para la celebración de la Exposición Universal de 1888 y en el contexto de mejora del litoral barcelonés. Era considerado la "Joya" de todas las construcciones que se realizaron entonces".

Javiera: "Ya, pero creía que la habrían retirado".

Flavia: "Pues el año pasado se planteó pero, según aconsejaron los "expertos", se decidió mantenerla a pesar que en una encuesta ciudadana 8 de cada 10 personas manifestaron su apoyo a la retirada. La alcaldesa,"Ada Colau", de izquierdas, manifestó que la estatua de Colón forma parte de "la memoria crítica" de la ciudad y es más interesante mantenerla, aunque debiera instalarse una explicación, una placa que recuerde "su realidad, lo que supone y a qué ciudad respondía siglos atrás".
Vaya, palabrerías.
Hay un ascensor en su interior que lleva a un mirador. ¿Quieres subir y ver desde lo alto tanto la Rambla como el Mediterráneo?"

Javiera: "Uf, no, gracias, qué desagradable".

Flavia: "Venga, que así podrás decir que has estado en las entrañas de Colón".

Flavia pretendía quitar hierro al asunto ya que veía afectada a Javiera.

"Cómo puedes apreciar, Colón está señalando al Mediterráneo y las Islas Baleares. Ya se podría haber desorientado en 1492".

A Javiera no le hacían gracia los comentarios. Flavia pensó que quizás tendría que haberle advertido que se encontrarían con la estatua. Sintió que el bonito paseo se estaba estropeando.

Flavia: "Vamos, que comeremos una buena Paella Valenciana en el Paseo Marítimo."

En eso que comenzó a sonar el teléfono de Flavia. Lo sacó y las dos leyeron en la pantalla "Gaby". Javiera miró, inexpresiva, a los ojos a Flavia. Esta rechazó la llamada y volvió a meter el móvil en el bolso. Entonces se oyeron varios avisos de whatsapps entrantes seguidos.

Flavia: "Vamos, que nadie nos amargue la comida".

El teléfono comenzó otra vez a sonar. Flavia volvió a rechazar la llamada pero procedió a leer los mensajes.

Gaby: "Flavia por favor contesta, es urgente, te necesito, no puedo esperar al lunes". "Flavia, por favor". "Contesta". "No voy a dejar de llamarte".

Flavia decidió llamar a Gaby.

Flavia: "¿Qué pasa, Gaby, qué es eso tan urgente? Como no sea algo importante..... ¿Pero de verdad no puedes esperar al lunes? Pues, sí, me molestas. De acuerdo. Ahora vengo. Adiós.Cambio de planes, amor. Cojamos un taxi".

Javiera: "¿Dónde vamos?"

Flavia: "Ahora lo verás".

Entraron al taxi que había parado.

Flavia: "Buenas tardes, Via Augusta con Diagonal, por favor".

Taxista: "Buenos tardes".

Javiera se cuestionaba quién era esa Gaby pero no preguntó. El viaje, no demasiado largo, transcurrió en silencio.
El taxi estacionó, Flavia pagó y salió del auto acelerada. Esperó a que Javiera bajara y la cogió de la mano estirándola hacia un portal de oficinas. En el ascensor la estampó contra una de las paredes, acariciándole el cuerpo desde las nalgas hasta los pechos y dándole un beso con lengua profundo.

Javiera: "¿Quién es Gaby?, preguntó cuando pudo deshacerse del beso de Flavia.

Flavia: "¿No te he hablado de ella? Es la Asistente de Presidencia".

Javiera: "Ah, vale", contestó aliviada.

Su primer día en la ciudad y ya veía rivales por todas partes.

Flavia: "Tengo que firmar unos documentos".

Gaby era su mano derecha y se ocupaba de todos los trámites. Defendía el cargo de Presidenta en Funciones con esfuerzo, excelencia y valentía. Pero aún así, Flavia debía ocuparse de dar el visto bueno y aprobar todas las gestiones realizadas. Desde que Dante entró en prisión, Flavia tuvo que hacerse cargo de la Presidencia. Hasta ahora solo se había dedicado a recibir los beneficios generados que le correspondían como accionista mayoritaria, pero la empresa se encontraba en una situación complicada y no la podía desatender. Flavia estaba muy agradecida con Gaby ya que sin ella no habría sabido en absoluto como actuar con respecto a la empresa. La valoraba demasiado y le tenía mucha estima.

Salieron del ascensor y Javiera siguió a su novia hasta la puerta de su despacho.

Flavia: "Hola Gaby, ya me tienes aquí".

Gaby: "Bravo, esa es mi chica".

La esperaba impaciente, de pie, cerca de la puerta del despacho de Presidencia."

¿Cómo? ¿¡¡¡¡¡¡Mi chica!!!!!!!?, chilló Javiera en su interior.

Javiera: "Hola Gaby, soy Javiera, la mujer de Flavia", y le extendió la mano.

Gaby rechazó la mano y se le abalanzó dándole un abrazo y dos besos, uno en cada mejilla.

Gaby: "Encantada de conocerte".

Javiera: "Lo mismo digo", le contestó atónita.

Gaby: "Siéntate aquí" (le señaló unas sillas del pasillo) "Te la voy a secuestrar un ratito".

"¡¡¡¡¡¡La secretaria de mi mujer me está dando órdenes!!!!!!, pensó Javiera.

Javiera: "No, mejor espero dentro".

Flavia: "Cariño, quédate aquí, que así iré más rápido." Y le dio un beso corto en los labios.

Flavia y Gaby se dirigieron hacia el despacho entre sonrisas y cerraron la puerta.

Javiera se puso a pensar en el tremendo cuerpo que tenía Gaby. Era preciosa, morena, delgada pero con curvas, ojos grandes, muy atractiva y con carácter. Se las imaginó solas allí adentro y sintió muchos celos.

Javiera estaba ensimismada en sus pensamientos cuando vio salir del despacho a Gaby.

Gaby: "Todavía le queda un poco. ¿Quieres un café?"

Javiera: "No, gracias, una tila, por favor".

Gaby: "¿Estás nerviosa?"

Javiera: "No, algo tensa".

Gaby se agachó, dirigiendo su trasero hacia la mirada de Javiera, y sacó el bolso del último cajón de su escritorio.

Gaby: "Ahora vengo".

Gaby se alejaba, paró, se giró y le dijo a Javiera: "Acompáñame".

Javiera se levantó y la siguió.

Llegaron a una máquina de café y sacaron las infusiones. Hablaron de nimiedades y todo el rato Gaby estuvo coqueteando con Javiera. Ella se habría lanzado a comérsela si no fuera porque estaba comprometida y con la novia a unos metros. Cuando acabaron sus bebidas, lanzaron los vasos de plástico a la papelera y volvieron al escritorio de Gaby. Javiera fue a sentarse pero no se pudo contener a ese cuerpo que se ofrecía. Gaby estaba agachada dejando su bolso. Cuando se levantó, Javiera se le acercó y, por detrás, comenzó a acariciarla desde las pantorrillas, subiendo hasta sus pechos. La apretó contra ella, masajeó sus senos y la besó y mordió en el cuello. Las dos estaban jadeando cuando sintieron un ruido y se separaron rápidamente. Flavia había abierto la puerta del despacho de Presidencia.

Flavia dijo:

AMOR Y DESEO (Flaviera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora