19. - Emiliano

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Llegaron a su destino. Bajaron del taxi y Flavia miró con premura su reloj.

Flavia: "Corramos, son las seis".

Y comenzó a cabalgar hacia el portal de su casa.

Javiera se quedó parada. Este proceder de Flavia le había dejado confundida.
Flavia se giró, viendo que Javiera no la seguía.

Flavia: "Venga, rápido".

Javiera quiso pedir explicaciones pero finalmente decidió no decir nada. Corrió sin saber bien por qué. Su amor se lo solicitaba y no podía contradecirla. En el ascensor, Javiera hizo amago de preguntar: "per.....".

Flavia: "Calla, calla, ahora verás".

Javiera: "De acuerdo", dijo resignada.

Flavia abrió la puerta a toda prisa y corrió hacia el comedor. Javiera cerró la puerta con calma y se fue acercando lentamente hacia donde se encontraba su pareja. Flavia cogió el ordenador y lo encendió. Se la veía excitada. Javiera seguía sin entender nada.

Flavia: "Ven, ven, ven. Siéntate aquí".

Flavia estaba iniciando una videoconferencia. De pronto apareció la cara de Emiliano en pantalla.

Emiliano: "¿Hermanita, cómo estáis?"

Flavia gritó emocionada: "Emilianooooooooooo. Cuánto tiempo. Qué difícil es coincidir contigo. Por fin pudimos".

Emiliano: "¡Cuñada!!!!!!! ¿Cómo estás? ¿Qué tal el viaje? ¿Cómo es vivir con esta sargento?

Flavia: "¡Será posible, weón, calla!"

Emiliano: "jajaja"

Javiera, que había estado en silencio sorprendida: "¡Hola Emiliano! Todo muy bien. Tu hermanita es tal y como me había explicado que era. Me he enamorado de la mujer adecuada. ¿Cómo están los niños?"

Emiliano: "Las niñitas están pasando dos semanas conmigo. Estamos disfrutando mucho. ¡Qué energía tienen! Reímos y hacemos bastantes actividades. Me causan mucha felicidad. El pequeño está con Fernanda. ¡No veas qué grande y guapo está el machote!. Se parece a su padre".

Emiliano era un padre maravilloso. En su juventud fue un verdadero bala perdida y con sus parejas no se llegó a portar demasiado bien, fruto de su inmadurez. Era el hermano pequeño, mimado siempre por sus dos hermanas. Durante años, Flavia tuvo que ir tras los pasos de su hermano intentando arreglar todo aquello que él había estropeado. Pero ahora todo se había estabilizado. Hizo un gran esfuerzo para responsabilizarse de sus hijos, ejerciendo del padre que ellos merecían. Maduró asumiendo sus obligaciones. Había decidido dedicarse en cuerpo y alma a su familia.

Emiliano: "¡¡¡Niñas, venid!!!"

Javiera: "Aaaaaaaaaaahhhhhhh!!!!!!!!

En pantalla aparecieron las niñitas acompañadas.

Javiera: "Oooh, Vivi, Coty, ¡qué alegría verlas! Gracias. Qué feliz me estáis haciendo".

Vivi y Coty: "¡Hola tíasss!"

Emiliano y sus hijos ya conocían en persona a Javiera. Habían hecho varios encuentros en los que pasaban todo un día de fiesta en el jardín de la casa de Emiliano. Mateo y Laura también se unían a las celebraciones. Emiliano, en cuanto supo de la relación que mantenía su hermana en la distancia con Javiera, hizo todo lo posible por conocerla y acercarla a la familia. Teresa nunca fue; no entendía esa relación aunque permitió que sus hijos sí que fueran a disfrutar con sus primos.

Javiera estaba emocionadísima. "¡¡¡¡¡¡¡¡¡Canela, Bobby, Mendieta!!!!!!! ¡Estoy aquí! ¡¡¡Os amo!!! Dijo llorando pero feliz.
No lo podía creer. Sus animales en pantalla y felices con los suyos. Canela y Bobby saltaban como locos al oír a su mamá. Mendieta estaba algo asustada abrazada al cuello de Coty.

Emiliano: "Cuñadita, aquí estarán hasta que tú quieras. Sabes que son de la familia. Los queremos mucho. Mendieta todavía se asusta a veces pero cuando está en confianza y se siente segura es muy amorosa. Solo quiere dormir en la cama de Coty; no hay quien la saque de ella. Bobby y Canela no paran de correr por el jardín. Puedes estar tranquila que son muy felices. Siempre que quieras verlos, me llamas y hacemos videoconferencia".

Flavia: "Hola, aquí estoy. Bueno, yo también estoy feliz".

Todos se pusieron a reír.

Emiliano: "Ah, importante. La Tere ha dicho que a la próxima viene. Creo que ha entendido que no hay marcha atrás".

Siguieron hablando un rato más, explicándose su día a día. Costó que se despidieran pero quedaron en volver a repetir la experiencia muy pronto.

Flavia bajó la pantalla del ordenador y vio a Javiera llorando. Se acercó a abrazarla.

Javiera: "No sé cómo me encuentro. No sé bien qué siento; si es alegría, tristeza, añoranza,..."

Correspondió el abrazo de Flavia. Y así se quedaron un buen rato, abrazadas, hasta que Javiera se tranquilizó.

AMOR Y DESEO (Flaviera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora