AMOR Y DESEO (Flaviera)

7. - Mirando atrás

Javiera no pudo dormirse. Estaba feliz por haber venido pero este
primer desencuentro con su mujer la dejó pensativa. Aunque
estaba segura de la decisión que había tomado y sabía que no se arrepentiría, no pudo evitar pensar en el sacrificio que había
hecho y recordar a quienes había dejado atrás.
Javiera era morena, con un cuerpo corpulento y un poco más
bajita (1,62) que Flavia (1,69). En Chile había dejado a sus
familiares más estimados: sus dos perros, Canela y Bobby, y su
gata Mendieta. Los había dejado en una protectora de su ciudad,
San Bernardo, con la promesa de hacer todo lo posible para poder
traerlos a España.
Era inspectora en la PDI (Policía de Investigaciones) de Santiago.
En el trabajo tenía que estar disponible 24/7 y era
verdaderamente agotador, pero le apasionaba, llenaba y
entretenía. Durante años se había dedicado en cuerpo y alma a
él, una de las razones por las que no había podido formar una
familia con seres humanos, pero sí hizo algún que otro amigo en
la brigada.
Pero apareció Flavia. Javiera había creado una página web para
apoyar y atender a mujeres maltratadas. Ganaba su confianza y
las alentaba a huir de su abusador y presentar denuncia en
comisaría.
Con Flavia se estableció un vínculo diferente que con las demás.
Llegaron a un tal grado de conexión e intimidad, que las llevó a
decidir llevar una relación amorosa en la distancia. Sabe que
mucha gente no lo entiende. Hay que vivirlo.
Javiera se relajó y se durmió.