AMOR Y DESEO (Flaviera)

15.- Fuerte desayuno

Flavia se despertó y estiró la mano en busca de Javiera sin encontrarla. Abrió los ojos y vio que estaba sola . Miró el reloj. "¡Oh, no, las once!", pensó. Se levantó rápidamente. Notó el olor a café y se dirigió veloz a la cocina en busca de Javiera.

Flavia: "Te amo", dijo al ver preparado el desayuno.

Javiera: "Yo también, ¡buenos días! Tu cafetera es muy rara".

Flavia: "¡Aaaah!, saltó feliz. ¡Has comprado croissants! ¡Y pan! ¿¡¡Saliste!!? ¡Qué atrevida! Pero si no conoces el barrio".

Javiera: "Recuerda que soy, bueno era, bueno, no sé, Policía. No tengo miedo a lo desconocido".

Flavia: "¿¡Y no te perdiste!?"

Javiera: "Dale, ¿¡cómo me voy a perder!? Y si así fuera, te habría llamado".

Flavia: "No sé, yo me hubiera perdido".

Javiera: "Bueno, cambiando de tema. Lo lamento, pero creo que, por su apariencia, tanto la calidad de los croissants como la de los panes no debe ser muy buena. ¡¡Estas panaderías no tiene nada que ver con las nuestras"!!

Flavia: "Así es. Es a lo que más te va a costar acostumbrarte: a la ausencia de calidad y variedad en los panes, aquí en la capital; en los pueblos ya es otra cosa". "Ah, la cafetería que está a cuatro cuadras", (dijo leyendo el grabado de la bolsa). "Te diste un pequeño paseo. ¿Pero, trajiste euros?, preguntó extrañada."

Javiera: "No".

Flavia: "¿Entonces?"

Javiera: "Perdón".

Flavia: "¿Por qué?"

Javiera: "Te cogí dinero de la cartera".

Flavia: "Ah, muy bien, claro, es tuyo también".

Javiera: "Va, venga, siéntate".

Flavia: "Primero quiero mi beso de buenos días".

Javiera se acercó y le dio un besito rápido en los labios.

Javiera: "Después más".

Y le dio una palmadita en el trasero.

Flavia cogió a Javiera por la cintura y la atrajo hacia si. Le dio un beso prolongado en los labios.

Flavia: ¡Así, sí!" Se sentó a la mesa y emocionada, dijo: "¡También compraste zumos! Yo quiero ese de multifrutas, por favor". ¡Aaah, encontraste la mermelada! ¡Qué bien! ¡¡¡¡¡¡Jamóoooon!!!!!!! Te pasaste, mi amor".

"A veces Flavia parece una niña", pensó Javiera. "Pero es encantadora".

Estuvieron desayunando tranquila y amorosamente.

Flavia: "Acabéeeeeee". Se levantó y fue a sentarse sobre Javiera a horcajadas.

Javiera: "Qué traviesa se ha levantado mi princesita". La agarró fuerte por las nalgas acercándosela. La besó con ganas y le introduzco la lengua hasta la campanilla.

Flavia fue muy receptiva pero hubo un momento en que tuvo que parar y apartarse de Javiera.

Flavia: "¡¡Que me ahogas!! Y se puso a toser.

Javiera no podía aguantar más la risa y explotó en una carcajada.

Flavia: "No te rías", dijo dándole a Javiera tantos golpecitos en el brazo como sílabas pronunciaba.

Javiera: "Perdón, perdón, es que te amo mucho".

Acto seguido, Javiera comenzó a darle besos por toda la cara, el cuello y los pechos. Cuando le estaba succionando un pezón, Flavia comenzó a jadear alto, echó la cabeza hacia atrás y apretó su sexo contra Javiera restregándolo a conciencia.

Javiera: "Guau, esta es mi chica". Disfrutaba al ver tan entregada a su amante.

Flavia estaba fuera de si y, esta vez, fue ella quien introdujo su lengua en la boca de Javiera. Mientras se morreaban con pasión, Javiera le amasaba un pecho y decidió introducir su otra mano bajo las bragas de Flavia. No había llegado a su sexo, que Flavia paró, le agarró la mano y la extrajo de su interior.

Flavia: "No".

Se levantó y le propuso a Javiera salir a pasear: "Hoy daremos un paseo típico de turistas. Iremos a "Las Ramblas". Desgraciadamente fue uno de los escenarios en donde ocurrieron los atentados yihadistas del 2017. Gracias a Dios, todavía no vivíamos aquí, a escasos 700 metros de distancia. De todas formas, continua siendo un lugar emblemático de Barcelona". Y fue a asearse.

Javiera, anonadada y en silencio, recogió la mesa, fregó los platos, y pensó: "Rara, rara, como la cafetera.". Se dirigió al aseo y se cruzó con Flavia en el pasillo.

Javiera: "De acuerdo, vayamos de paseo, ahora salgo".

Una vez arregladas, salieron a la calle.