9. - La Miri

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Miri: ¡Hola! ¿Hay alguien?

¡He traído comida japonesa! (Dijo dejando las bolsas en la mesa del comedor)

Flavia: ¡Sí, ahora salimos! (Flavia, nerviosa, cogió una camiseta y un pantalón corto y se los puso. Cuando estaba a punto de salir de la habitación, Javiera le dijo:

Javiera: ¡Chisssssst! Que estoy aquí y en pelotas.

Flavia: (Se giró). ¡Ah sí! Perdón, perdón. (Retrocedió y se dirigió al armario en dónde había sacado su vestimenta. Cogió una camiseta larga y se la lanzó a Javiera. Posteriormente desapareció de la habitación.

Javiera no sabía qué hacer. "De momento, me quedaré aquí", pensó.

Flavia: Hola cariño, no me dijiste que venías.

Miri: Eh, bueno, pensaba en daros una sorpresa y me parece que os la he dado (la miró de arriba abajo). Lo siento, mamá.

Flavia: No, no pasa nada. Estábamos descansando un poco y justo en este momento pensábamos en qué hacer de comer. Has llegado en el momento adecuado. Gracias por la comida.

Miri: ¿Dónde está Javiera? (preguntó con sorpresa).

Flavia: (Nerviosa, dijo): Ahora la despierto, bueno, no, que ya está despierta, pero sigue reposando. Nos hemos despertado con mucha hambre, quiero decir, hambre de hambre, entiende. Y lo estábamos comentando cuando llegaste y ....

Miri: ¡Para mamá! Basta, que salga ya, que quiero conocerla.

Javiera ya se había incorporado cuando entró Flavia.

Flavia: Ven, cariño, que te voy a presentar a Miri.

Javiera: Vale, vamos (dijo algo asustada).

¡Hola, Miri!

Miri: Me reiría de tu vestimenta si no fuera porque quiero que comencemos bien y muero por darte un abrazo. (Se acercó y le dio un fuerte y largo abrazo).

Bien, ¿Cómo te sientes? ¿Cómo ha ido el viaje? (dijo separándose pero manteniendo sus manos sobre los brazos de Javiera)

Javiera: Tengo que reconocer que me siento muy extraña.

Miri: Entiendo. Es una decisión difícil.

Quiero darte las gracias por lo feliz que estás haciendo a mi madre. Después de mi, jajaja, eres lo mejor que le ha pasado en la vida.

Javiera: (con semblante serio, convencida y concentrada en lo que decía). Tu madre es una persona excepcional. No ha sido nada difícil quererla y enamorarme de ella. Nunca había utilizado internet para ligar y no creía que fuera posible despertar sentimientos en la distancia. Pero la vida te va enseñando y me ha dado una lección. Amo a tu mamá como nunca he amado a nadie. En ella he encontrado la complicidad necesaria para decidir compartir la vida con ella. Pretendo formar una familia.

Miri: Pues por mí, perfecto. Me uno a la pretensión (dijo sonriendo)

De golpe, recordaron que tenían a la propia Flavia con ellas.

La miraron y los lagrimones le recorrían toda la cara siguiendo su curso hasta el suelo.

Flavia: No puedo ser más feliz. (dijo balbuceando)

Javiera: No seas tonta, mi amor. (le dijo abrazándola)

Venga, vamos a comer.

La comida fue muy distendida. Javiera les contó cómo era su vida en Chile. Les habló de su trabajo y Miri quedó maravillada.

También les explicó las novedades en Chile y cómo de diferente era desde que Flavia y Miri abandonaron el país.

Hace 10 años, los Betancourt abrieron una nueva sucursal en Barcelona y Dante fue trasladado para que la dirigiera. Su mujer e hija tuvieron que acompañarle. Miri tenía 10 años y le costó adaptarse. Echaba en falta a sus amigos, abuelos y tíos. Pero ahora está muy contenta de vivir aquí. Tiene novio y comparte piso con compañeras de la facultad.

Flavia se sintió muy sola y le ha sido imposible hacer amistades. Solo ha tenido contacto forzado con las familias ricas de la ciudad, que Dante le presentaba. Le obligaba a ir a eventos donde se reunían. Ahora con Javiera le será más fácil socializar. De hecho, además de disfrutar de su amor, está pensando en hacer un cursillo de pintura que proponen en el centro cívico de su barrio.

El barrio es muy humilde, nada que ver con el que vivían antes con Dante, de la parte alta. Pero los barrios pobres son los más bonitos y acogedores de Barcelona. Además de estar cerca del centro de la ciudad.

Acabaron el café que tomaban en la sobremesa y Miri decidió marcharse.

Miri: Llegó el momento de irme. No os molesto más.

Se despidieron entre besos y abrazos.

Miri: Nos llamamos y quedamos otro día. Podríamos hacer un tour turístico. Adiós, hasta pronto.

Flavia y Javiera arrastraron las maletas hasta la habitación.

Javiera: Creo que dejamos algo a medias.

AMOR Y DESEO (Flaviera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora