Pov Serena
Abrí mis ojos de manera involuntaria, sin pensar en la hora. Me enderecé en la cama sosteniendo mi cabeza; estaba exhausta, mi boca sedienta y la cabeza me punzaba, por lo menos era un dolor leve.
Lo primero en que me fijé al abrir los ojos fue la enorme pantalla televisiva.
¿Desde cuándo tengo una televisión en mi habitación...? ¿Desde cuándo mi habitación es color crema?
Al razonar el planteamiento de esas dos interrogantes, miré de un extremo a otro la habitación. Y fue entonces que desperté. Esa no era mi habitación.
¿Cómo llegué aquí? ¿Qué sucedió anoche? Lo último que recuerdo fue que...
Miré de reojo con temor el lado de la cama, y lo que no quería encontrarme, estaba ahí.
¡Deidad! ¿Cómo pude caer tan bajo? Por favor que no haya sucedido lo que estoy pensando. ¡Por favor!
No quería bajar la mirada a mi cuerpo, no quería que fuera verdad aunque lo presentía. Bajé la cabeza lentamente manteniendo los ojos cerrados, conté hasta tres antes de abrirlos y verificar si era verdad o no.
Cuando uno más desea que lo que no haya pasado, sucede.
Aunque ya me lo esperaba, la sorpresa de mi acción seguía siendo grande, y lo que quería era gritar, pero mi garganta parecía estar también paralizada. Era lo mejor, no podía permitirme expresar emoción, ese no era el lugar indicado.
Lo que sucedió, sucedió, y no se puede cambiar...
Me deslicé entre las sábanas, recogí mis prendas, busqué mi bolso y saqué una muda de ropa que traía conmigo por si ocurría algún incidente, aunque jamás creí que fuera a estar involucrada en tal situación... Qué humillante.
Terminando de vestirme, di una última mirada al hombre con quien compartí la cama. Salí de la habitación después de verificar que no le hubiera brindado mi número o tuviera alguna evidencia que fuera comprometedora hacia mi persona.
Colocando la mascada sobre mi cabeza y alrededor de mi cuello junto a los lentes de sol, salí de aquel edificio por el estacionamiento subterráneo. Debía de olvidar todo lo sucedido y rogarle al cielo que no volviera a encontrarme con él.
¿Cómo es que un simple favor terminara llevándome a cometer tal indignación?
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Pov Dawn
Tengo mi tableta, cuaderno, un audífono inalámbrico... creo que no me hace falta nada.
Terminaba de verificar que no olvidara en llevar lo necesario para mi primer día como organizadora de eventos en el área de quinceañeras. Tomé mis cosas, me dirigí a la cocina donde aguardaba un delicioso desayuno; sin embargo, lo que me encontré fue la mesa vacía.
— Tal parece que Serena no quiso levantar — dijo May estando a mi lado — debió tener un día pesado ayer.
— Es eso o aún sigue deprimida por lo de Kalm. Ya sabes como es ella con su duelo.
— Deberá superarlo tarde o temprano. Le queda una hora para presentarse en el trabajo y no querrá lucir demacrada, a menos que quiera que sus superiores la regañen.
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LO NUESTRO ES CONVENIENCIA
FanfictionAl cumplir los treinta años, a las mujeres se les considera solteronas. No todo mundo hace caso a ese tipo de estereotipo, cuatro amigas en especial, o es lo que se repiten cada vez y hacen creer a su cabeza... Por diferentes motivos, reciben presi...