POV Juliana
Mi madre solía ser otro tipo de persona, amorosa, respetuosa, preocupada por ayudar a los demás y defender las causas más justas, nada que ver con la Martha Valdés de la actualidad. Una vacía, superficial, que cree tener las respuestas a todas las preguntas y se siente con la potestad de juzgar al resto sin escuchar sus motivos. Su vida cambió mucho y de manera sorpresiva me atrevería a decir, sin duda alguna, su matrimonio con el señor Sanders fue un infierno para ella y todos nosotros que la amábamos inmensamente. Creo que el dolor y la decepción durante esa etapa de su vida la hicieron perderse a sí misma, a sus ideales y echar por tierra la labor más que altruista que realizó durante tantos años con su fundación para el rescate de niñas que, al igual que yo, estaban en lugares y con familias donde corrían peligro.
Recuerdo que viajaba constantemente a diversos países, sobre todo el Medio Oriente, para detectar victimas y coordinar misiones de rescate de niñas y adolescentes. Las traía a Estados Unidos y les ofrecía la oportunidad de un nuevo comienzo. Una vida que nunca podrían tener si permanecían en sus lugares de origen. Algunas de ellas eran recibidas en nuestra casa mientras se realizaban los procedimientos legales pertinentes para que las familias que cumplieran los requisitos pudieran adoptarlas e insertarlas a una mejor realidad, brindándoles un hogar amoroso y todo lo necesario para crecer y desarrollarse como ser humano. Me llenaba de orgullo y agradecimiento, por ellas, por mí, por Laura. Era maravilloso sabernos dentro de las afortunadas, aunque dolía porque muchas de ellas no corrían con nuestra suerte y eran obligadas a una existencia miserable, sin derecho ni opinión en ningún aspecto, subyugadas a los deseos infames de sus padres y esposos. Condenadas no a vivir sino sobrevivir entre lágrimas y tristezas, entre vacíos y soledades.
Desde que tuve uso de razón empecé a interesarme en la fundación de mi madre, quería ser parte activa del cambio, ayudar en los procesos, involucrarme en todo lo concerniente a la misma. Le rogaba para que me dejase acompañarla en sus viajes, pero casi siempre se negaba poniendo de excusa lo peligroso que resultaba sacar esas pequeñas de aquellos países. A regañadientes entendía su preocupación y la de mi padre pues para ellos mi hermana y yo lo éramos todo. No fue hasta que cumplí 17 que me permitió viajar con ella por primera vez, no en una misión de rescate como tal sino un acercamiento con otras organizaciones y miembros del cuerpo diplomático estadounidense con asiento en aquellos países. Primero estuvimos en mi natal, Turquía, y después en Irán, específicamente una ciudad llamada Tabriz, donde asistimos a múltiples reuniones y seminarios de trabajo.
Allí fue donde la conocí a ella, al amor de mi vida, a la persona que siempre está en mis sueños y que desde hace un año entró a mi vida y se quedó en ella. Solo la vi una vez, por un instante y ni siquiera entendí sus palabras. Me perdí en la belleza de sus ojos brillantes y cristalinos como el mar que refleja el cielo a mediodía.
Ella corría en el pasillo de aquel bazar al que habíamos asistido para comprar algunos regalos para papá y Laura, se tropezó conmigo en medio de su afán y al tirar al piso las cosas que llevaba en sus manos quise ayudarla. Ofrecí mis disculpas y me agaché frente a ella para recoger todo el desastre accidental, noté miedo y un poco de vergüenza en su mirada así que decidí sonreír porque vi la pureza y la belleza de su alma tras sus ojos, lo único visible en ella detrás de toda aquella vestimenta negra que llevaba puesta. Dije mi nombre y extendí mi mano, pero sé que no lo entendió, su cara me lo confirmó. Recitó algunas palabras en su idioma que yo tampoco entendí, pero me regaló la sonrisa más hermosa y sincera que jamás había visto en mi vida. Sus manos tocaron las mías a modo de agradecimiento y entonces fue como si pudiera viajar al cielo en una nube. El mundo de sensaciones que sentí en mi cuerpo era algo tan sublime y perfecto que solo volví a encontrar cuando la tuve frente a mi nuevamente sin saberlo.

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Azul De Noche
FanfictionUna abogada perdidamente enamorada busca desesperada una oportunidad con, quien está segura es el amor de su vida, una misteriosa y enigmática bailarina de la cual siquiera conoce su nombre. No le importa su pasado, solo quiere tener un presente y c...