Azul De Noche

VI: Un poco de ti, un poco de mí

POV Valentina

Fue una pésima decisión, jamás debí aceptar ir a esa fiesta con Juls. No es mi lugar, no pertenezco allí, estaré como pez fuera del agua. Probablemente la avergüence delante de sus amigos y compañeros. Además, ¿cómo me presentara? Ni siquiera sabe mi verdadero nombre. ¡Hola! ella es Azul, la chica que baila para mí todas las noches. ¡Es una locura!

No puedo evitar suspirar profundo ante mi propia frustración al saber que estoy cometiendo un error, mientras veo mi reflejo en el espejo frente a mí, me siento incapaz de cortar sus avances, cada vez se mete más y más en mis adentros, ocupa mayor espacio en mis pensamientos. Cada vez se apodera más de mis sueños, ya no solo de los húmedos sino también de los dulces que acaban en un "felices para siempre" e incluyen casa y pequeños revoltosos jugando en el patio.

Me siento al borde de un colapso nervioso, esa es la realidad, mis manos tiemblan y mi garganta se seca cada tanto ante el mundo de situaciones y posibilidades que se abren con mi asistencia a ese evento. No sé por qué me asusta tanto, el porqué de este presagio que tengo en el pecho. Es como si algo tratara de ponerme sobre aviso, pero no entiendo claramente las señales. Encima no nos veremos esta noche, será la primera vez en todo este año que no lo hacemos, estoy segura de que eso podría ayudarme a calmar esta ansiedad y temor... Intenta respirar Valentina, me digo a mí misma, ya no te puedes echar atrás, le diste tu palabra. Aparte piensa en su carita de felicidad, esa sonrisa emocionada y llena de luz, esa dulzura en su mirada al saber que estarías con ella, a su lado en un evento importante.

- Le queda perfecto – dice la dependienta que amablemente me asiste. Tuve que venir a una exclusiva boutique de 5th Avenue, me la recomendó una compañera en la universidad y me dijo que aquí encontraría algo acorde para la ocasión. Llevo casi una hora intentando elegir que usar mañana – Es como si lo hubieran hecho a su medida, resalta la belleza de su cuerpo y la profundidad de sus ojos – y ciertamente este vestido me sienta muy bien. Es en color negro, largo, espalda al descubierto, con la parte de abajo suelta y una extensa abertura en la pierna derecha que llega hasta el muslo. En el frente tiene hermosos detalles en cristales que, por el precio de la pieza, deberían ser diamantes.

- ¡Muchas gracias! Me llevare este a juego con los zapatos dorados – sonrío de la manera más natural que puedo, la verdad es que esto de pagar mis cosas con la tarjeta de Juls me resulta muy incómodo, pero no tenía otra opción. Siendo complemente honesta ni con un mes entero de salario pudiera pagar estas cosas – Me voy a cambiar y luego paso a caja – digo antes de ingresar al vestidor para colocarme mi ropa y luego proceder a pagar ante la atente mirada de las jóvenes que hacen las veces de cajeras. Probablemente se estén preguntando cómo una chica de mi apariencia puede comprar cosas tan costosas como estas. Miles de dólares por algo que probablemente use solo una noche, es una locura. Imaginar la opulencia en que viven unos y la pobreza que acaba con otros, pero bueno mejor no vayamos por ahí para evitar los malos recuerdos de un pasado que duele tanto como el mío. Mejor terminemos con esto para luego ir a concluir con los trabajos que tengo pendientes de la universidad y así tener la tarde libre de mañana para prepararme emocional y físicamente para el evento, si es que al final termino por ir y no me arrepiento.

Pasaron algunas horas desde que llegué a casa, estuve bastante ocupada con mis asignaciones del profesor Herbert, pero eso no evitó que la echara de menos a ella. A estas horas estuviera bailando bajo su mirada de fuego o tal vez platicando un rato como se ha hecho costumbre últimamente. Necesito de su risa, su perfume, su voz, todo lo que compartimos cada noche. Después de una batalla campal entre mi corazón y mi razón, en un impulso insospechado, tomé la tarjeta que me había entregado hace unos meses y, por primera vez, marqué su número para hablar con ella.